El auge de los medicamentos GLP-1 para la pérdida de peso trae consigo un debate creciente. A medida que su uso se masifica, nuevos efectos secundarios, algunos de ellos graves, emergen.
En los últimos años, medicamentos como Ozempic y Wegovy han ganado una popularidad sin precedentes, siendo adoptados por millones de personas en todo el mundo en su lucha contra el sobrepeso y la obesidad. Un estudio reciente en Estados Unidos reveló que más de uno de cada ocho adultos ha probado estos tratamientos.
Sin embargo, este rápido ascenso ha coincidido con la aparición de reportes sobre efectos secundarios que no se manifestaron en los ensayos clínicos originales, generando inquietud entre la comunidad médica y los usuarios.
Si bien la mayoría de las personas experimentan efectos adversos comunes, como náuseas o problemas digestivos, la preocupación se centra en casos más raros y potencialmente graves. Informes recientes han vinculado el uso prolongado de estos fármacos adelgazantes con riesgos de padecimientos serios, como la pancreatitis aguda, una inflamación del páncreas que en algunos casos ha sido fatal.
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Otros estudios han documentado un aumento del riesgo de condiciones como la artritis, cálculos renales y afecciones relacionadas con la presión arterial, confirmando que la lista de efectos secundarios se amplía a medida que la exposición de la población aumenta.
Expertos en salud coinciden en que no es inusual que nuevos riesgos emerjan una vez que un medicamento pasa de un entorno controlado a un uso masivo en la población general. Por ello, insisten en la importancia de una investigación continua, especialmente en grupos demográficos que han estado históricamente subrepresentados en los estudios iniciales, como las mujeres.
A pesar de los riesgos, la opinión general entre los especialistas es que los beneficios de estos fármacos superan los peligros. La capacidad de los medicamentos GLP-1 para tratar la obesidad no solo conduce a la pérdida de peso sino que también se asocia con la reducción de riesgos para enfermedades crónicas, cardiorrenales y metabólicas. Incluso se han reportado efectos "beneficiosos" inesperados, como una menor incidencia de demencia y Alzheimer. En última instancia, la decisión de usar estos tratamientos debe sopesar cuidadosamente los beneficios demostrados frente a los riesgos, con una supervisión médica rigurosa.