En el primer semestre, el Gobierno pagó más por intereses de deuda que por jubilaciones
En la primera mitad de 2025, el pago de intereses de deuda absorbió más recursos que el sistema previsional. Los registros oficiales muestran que la tendencia se profundizó en julio, con montos que cuadruplicaron a los haberes jubilatorios.
Luis Caputo, ministro de Economía, defendió el uso de instrumentos de deuda en pesos como una herramienta clave para estabilizar la liquidez y contener la presión cambiaria.. Foto: Gentileza Revista Noticias
Durante el primer semestre de 2025, el Gobierno destinó más recursos al pago de intereses de la deuda en pesos que al sistema previsional, un hecho inédito en varios años. Los intereses capitalizables sumaron unos 30 billones de pesos (1,5% del PBI), frente a 24 billones en jubilaciones y pensiones. La tendencia se profundizó en julio, cuando los intereses treparon a 17,8 billones, casi cuatro veces más que los haberes. El esquema responde a la estrategia del Ministerio de Economía y el Banco Central de absorber pesos para contener la inflación y frenar la demanda de dólares. El desbalance reaviva el debate sobre la sostenibilidad fiscal y el impacto social de priorizar el costo financiero por sobre las prestaciones sociales.
Durante los primeros seis meses de 2025, el Gobierno nacional destinó más recursos al pago de intereses de deuda en pesos que al sistema previsional. Según datos publicados por el Estado y citados por organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI), los intereses capitalizables sumaron en ese período alrededor de 30 billones de pesos, equivalentes al 1,5% del Producto Bruto Interno (PBI). En contraste, las jubilaciones y pensiones totalizaron aproximadamente 24 billones de pesos. La comparación deja en claro que, por primera vez en varios años, el costo financiero superó de manera significativa al gasto previsional.
Los intereses de la deuda local son, en gran medida, el resultado de la política monetaria de absorber pesos para contener la inflación y la presión cambiaria. Se trata de un mecanismo utilizado tanto por el Tesoro como por el Banco Central a través de diferentes instrumentos de deuda, entre ellos las Letras de Liquidez (Leliq) en el pasado y las actuales Lecap. Aunque estos pasivos no siempre se cancelan en efectivo, sino que muchas veces se capitalizan, el efecto sobre las cuentas públicas es evidente: incrementan el stock de deuda y agravan la presión financiera hacia adelante.
Una tendencia que se consolida
El dato cobró relevancia en las últimas semanas tras declaraciones de Axel Kicillof, gobernador de la provincia de Buenos Aires, quien cuestionó el peso que adquieren los intereses frente a las jubilaciones. Efectivamente, los datos demuestran que los números son consistentes: lo abonado en concepto de intereses supera a lo destinado al pago de haberes. Dicho de otra forma, se le paga más a los bancos para que no se vayan al dólar, que a los jubilados y pensionados por sus haberes. Esa verificación se apoya en el Staff Report del FMI de mediados de año, donde se detalla el aumento de la deuda remunerada y su impacto en el déficit financiero.
El Banco Central de la República Argentina (BCRA) recurre a títulos en pesos para absorber liquidez y contener la presión cambiaria.
La diferencia entre ambos gastos se observa también al analizar la dinámica mensual. En mayo, por ejemplo, los intereses capitalizados fueron de 6,5 billones de pesos, mientras que las jubilaciones sumaron 4,2 billones. En junio la situación se repitió, con intereses cercanos a 6,3 billones y haberes por 6,2 billones.
En julio, la diferencia habría sido mucho más notable. El economista Alejandro Bercovich, adelantó en su redes sociales que la diferencia entre intereses capitalizables y gasto en jubilaciones y pensiones se triplicó en el séptimo mes del año. "Economía terminó las planillas de julio. ¿Viste que al dólar lo frenaron con una suba de tasas de interés? Esto que para los mortales es inentendible, las letras de las Lecap, Boncap, Boncer y demás. Básicamente consiste en que hacen lo más atractivo que pueden las colocaciones en pesos, porque si no, el dinero se iría al dólar. Les pagan mucha tasa para mantenerlo ahí, en esas letras, en esos fondos de inversión, en ese plazo fijo o en lo que sea que hagan los grandes inversores mayoristas", comentó.
"Bueno, al subir esa tasa de interés, la deuda llegó a USD 14 mil millones en el mes de julio. Eso es lo que declaró el Ministerio de Economía. Los intereses capitalizables de las letras que usan para que los ciclistas no se vayan al dólar, en junio habían sido de USD 5.300 millones. Es decir que casi se triplicó y lo más interesante es que ese monto, el que el Estado gasta en intereses capitalizables de la deuda en pesos para la bicicleta financiera, ya más que cuadruplica lo que gasta en jubilaciones y pensiones", indicó el especialista.
Impacto fiscal y social
La magnitud del gasto en intereses reabre el debate sobre la sostenibilidad de la estrategia fiscal del Gobierno. El ministro de Economía, Luis Caputo, y el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, defienden estos instrumentos como herramientas indispensables para estabilizar la economía y controlar la liquidez. Según han explicado los funcionarios en diferentes oportunidades, sin este tipo de títulos el excedente de pesos podría volcarse masivamente a la demanda de dólares, generando una escalada cambiaria de consecuencias graves. Sin embargo, para economistas y opositores, el problema es que este esquema traslada la presión a las cuentas públicas y termina desplazando a otros rubros de gasto, entre ellos las jubilaciones.
El contraste con el gasto previsional es particularmente sensible en un país donde más de seis millones de personas perciben haberes del sistema de seguridad social. Durante años, las jubilaciones representaron el principal componente del gasto público nacional. Hoy, con la política de ajuste y la fuerte devaluación de diciembre de 2023, el peso de los haberes en relación con el PBI se redujo, al mismo tiempo que aumentaron los intereses de deuda. Según un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), la participación de las prestaciones sociales en el gasto viene cayendo de manera sistemática desde 2022, mientras que los pagos de deuda remunerada crecen a un ritmo acelerado.