La industria mendocina ya sufre cortes totales de gas por la alta demanda residencial
La medida busca darle prioridad al consumo en los hogares. Los empresarios locales afirman que el daño es menor, en parte debido a que hay sobrestock en las fábricas producto de la baja del consumo.
Desde el lunes a las 6 de la mañana, varias industrias de Mendoza fueron notificadas con una medida ya habitual en esta época del año: la restricción total de suministro de gas natural. El motivo, según comunicó la empresa distribuidora Ecogas, es la necesidad de priorizar el abastecimiento residencial ante un pico de consumo derivado de las bajas temperaturas que atraviesan a gran parte del país.
“Todo el sistema de distribución de gas está transitando un pico de consumo. En estos dos últimos días, el consumo se incrementó un 30% por encima de los picos máximos de los últimos diez días”, informó la distribuidora en un comunicado oficial. Además, advirtió que productoras de gas comunicaron “inconvenientes de fuerza mayor” que limitan su capacidad de entrega, lo que agrava aún más la situación.
Frente a este panorama, Ecogas explicó que se están tomando distintas medidas para atenuar el impacto. La principal de ellas es la “priorización del consumo residencial”, lo que derivó en restricciones sobre los contratos de provisión no firmes con industrias. La empresa también indicó que evalúa en forma permanente el desempeño del sistema para determinar si serán necesarias nuevas acciones.
En otras palabras, las fábricas que no cuentan con contratos firmes de abastecimiento fueron directamente desconectadas del sistema. Se trata de una práctica que suele repetirse en los inviernos más rigurosos, pero que este año se adelantó con fuerza debido a una combinación de temperaturas inusualmente bajas y una menor disponibilidad de gas en origen.
Pese a la gravedad que podría implicar un corte total del suministro, los referentes del sector industrial en Mendoza aseguran que el impacto real es acotado. La principal razón es que, por cuestiones estacionales, muchas fábricas se encuentran en período de baja actividad o incluso detenidas por tareas de mantenimiento.
“Habitualmente salen restricciones. Desde esta madrugada estamos con consumo cero”, señaló Fernando Carrión, gerente de operaciones de Marolio. Según explicó, aunque la planta tiene un uso intensivo de gas -como todo el sector de fruta industrializada- continúa funcionando con otras tareas que no requieren gas, como parte de los programas de trabajo ya previstos. “Estamos cubiertos porque tenemos programas pendientes que no consumen gas. Nunca son muchos días. Son cuestiones comunes en invierno”, aseguró.
Carrión también explicó que el precio del gas está estipulado en los contratos anuales y varía según la estación del año: “El precio de invierno es de mayo a septiembre y el de verano es más barato. Nosotros pedimos gas por día, y en invierno habitualmente hay restricciones”.
Baja actividad fabril
Por su parte, Raúl Giordano, presidente de la Cámara de Fruta Industrializada de Mendoza (Cafim), sostuvo que no hay mayores inconvenientes entre las firmas del sector. “La mayoría de las fábricas han tomado licencias para reparaciones. No hay casi actividad fabril con gas. Algunas hasta han dado vacaciones a su gente porque estamos con stock en fábrica ya etiquetado y listo. Es una época de poca producción”, explicó.
El dirigente también indicó que las restricciones no afectan la entrega de mercadería ni los niveles de inventario. “Marolio paró la línea de tetra por reparaciones. Tienen los galpones repletos de mercadería. La venta está muy quieta y pausada, por lo que no afecta tanto. Hay cortes, pero no repercuten sobre la producción”, remarcó.
Alternativas energéticas y baja en el consumo
De hecho, algunas fábricas cuentan con alternativas para esta clase de contingencias. “Dulcor, por ejemplo, tiene biomasa. Llegado el caso, ya está previsto”, indicó Giordano. A esto se suma que, según relatan los propios industriales, los cortes no suelen prolongarse durante muchos días y el abastecimiento se va normalizando a medida que mejora el clima o se estabiliza la oferta energética.
En cuanto a la demanda, el sector también siente el impacto del contexto económico. “La baja del consumo es por el poder adquisitivo bajo. La gente compra otros bienes, porque las expectativas de inflación son mínimas. Entonces no compran diez latas para stockearse, sino que compra lo justo que necesita para consumo inmediato”, explicó el titular de Cafim.
Baja presión en los hogares
Más allá de que las empresas no se sorprenden por estas interrupciones, la situación expone una fragilidad estructural en el sistema energético argentino: ante una ola de frío intensa, la red no puede abastecer de forma simultánea al sector residencial y al productivo. Lo paradójico es que, aun con la industria desconectada, hay hogares que reportan baja presión en sus artefactos, lo que evidencia que la demanda sigue por encima de la capacidad del sistema.