La carrera por la sucesión de Cornejo comienza luego del 26 de octubre
Varios dirigentes ya empiezan a organizar su estrategia para después de las elecciones legislativas, más allá del resultado.
La dirigencia de la provincia de Mendoza espera las elecciones del 26 de octubre no solo para conocer cuál será la consolidación del resultado, sino para iniciar con más seriedad el camino para organizar la sucesión de Alfredo Cornejo.
El 10 de diciembre de 2027 se le terminará el mandato al actual Gobernador y, sin reelección, dejará su cargo. Y en el oficialismo hay cuadros que se ilusionan con continuar un recorrido que se inició en 2015 con la primera victoria de Cambia Mendoza.
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La competencia para el 2027
Y es que el mayor miedo para muchos radicales era cómo jugaría Luis Petri, que sacó un considerable porcentaje en la interna del 2023 y nunca desistió en sus intenciones de volver a competir por el sillón de San Martín.
El ministro de Defensa hoy no está más dentro de la UCR y es el representante central de LLA en Mendoza. Y esto lo ata indefectiblemente a cómo le vaya a la gestión de Javier Milei.
Una remontada en la alicaída imagen que comenzó a tener en los últimos meses el Presidente le ayudaría, pero ya fuera de la estructura territorial que tiene el radicalismo en Mendoza.
El resto de la dirigencia de ese partido entiende que puede saltar a tiempo del barco mileísta. Hasta el mismo Cornejo, que abrazó fuertemente la administración Milei pero en su entorno han avisado que tiene vínculos con Provincias Unidas.
Uno de los que más observa la futura relación de fuerzas es el intendente de Ciudad de Mendoza, Ulpiano Suarez, quien no ha ocultado sus pretensiones de participar de la disputa por la Gobernación.
Ahora, su principal escollo interno se corrió, al menos, de la Unión Cívica Radical. Y también marcó desde el comienzo sus diferencias con el Gobierno nacional, y cerca del jefe comunal resaltan que su presencia en el frente con LLA es meramente formal.
Mientras sus críticas han sido públicas pero moderados, el mayor contraste lo dio en la visita a Mendoza de Milei de hace unos días, cuando optó por armar una agenda propia y evitar mayor ruido interno dentro de la alianza.
Así, en ese recorrido hasta que se cristaliza el próximo proceso electoral, Suarez podría buscar contactos con radicales que ya le han expresado su apoyo, otros que quieran una continuidad de la gestión pero con cambios, algunos peronistas y dirigentes del PRO, con el objetivo de darle mayor fortaleza al proyecto político.
La oposición, en tanto, espera. Así como la campaña para las elecciones de medio término fue prácticamente inexistente (y solo planteó “ponerle un límite” a Milei), el peronismo todavía trabaja en la consolidación de la unidad.
Y en ese proceso, algunos “candidateables” no proyectan una recuperación competitiva del justicialismo para 2027, sino que consideran que podrían ubicarse más en un liderazgo opositor que en una alternativa fuerte en esas elecciones.