Un revolucionario descubrimiento en Arizona revela el fósil del pterosaurio más antiguo de Norteamérica, reescribiendo la historia del vuelo prehistórico. Este hallazgo, junto a nuevas especies, ofrece una ventana única a un próspero ecosistema tropical de hace 209 millones de años.
Científicos han desenterrado un tesoro paleontológico en el Parque Nacional del Bosque Petrificado en Arizona: los restos fósiles de un antiguo reptil volador, el pterosaurio, considerado el más antiguo jamás hallado en Norteamérica. Este descubrimiento, detallado en un estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences el 7 de julio, es crucial para comprender la vida al inicio del Periodo Triásico.
Los fósiles, con una antigüedad de 209 millones de años, incluyen al menos 16 especies de vertebrados, de las cuales siete eran desconocidas hasta ahora. Junto al pterosaurio, se encontraron ranas primitivas, reptiles similares a lagartos y una de las primeras tortugas conocidas, todos con asombrosas similitudes con sus parientes actuales.
El protagonista de este hallazgo es el pterosaurio bautizado Eotephradactylus mcintireae, cuyo nombre significa "diosa del alba con alas de cenizas". Este pequeño reptil volador, del tamaño aproximado de una gaviota, poseía una envergadura de un metro y un cráneo de unos 10 cm. Su esqueleto parcial revela una mandíbula inferior dentada con colmillos curvados para atrapar peces y dientes en forma de cuchilla para cortar a sus presas, indicando un estilo de vida aéreo sobre ríos.
Los restos estaban incrustados en rocas ricas en cenizas volcánicas, lo que pinta la imagen de un próspero ecosistema tropical surcado por ríos, situado justo encima del ecuador, en el corazón del supercontinente Pangea. Este descubrimiento es particularmente fascinante porque, a pesar de que el Triásico marcó el inicio de la era de los dinosaurios, no se encontraron dinosaurios en este ecosistema específico, sugiriendo que aún no eran las especies dominantes en todos los entornos.
Los pterosaurios, aunque emparentados con los dinosaurios, no son dinosaurios; fueron los primeros vertebrados en lograr el vuelo propulsado, mucho antes que las aves y los murciélagos. Se estima que aparecieron hace unos 230 millones de años. Este fósil de Arizona no solo es el más antiguo de su tipo en el continente, sino que también enriquece nuestra comprensión de la diversidad de vida que surgió tras la mayor extinción masiva de la Tierra, ofreciendo una valiosa perspectiva sobre la evolución de los ecosistemas prehistóricos.