El mundo espera nuevos tesoros históricos y naturales
París es el epicentro de las decisiones que podrían sumar castillos de ensueño, puertos sumergidos y arte rupestre milenario a la prestigiosa lista de Patrimonio Mundial, mientras se intensifica la preocupación por la conservación de sitios ya reconocidos.
El Comité del Patrimonio Mundial de la UNESCO se reúne en París para su 47ª sesión, un evento crucial que definirá los próximos sitios en ser reconocidos por su valor universal excepcional. Con 32 candidaturas culturales de todo el globo, la expectación es alta sobre qué maravillas se unirán a los 1.223 lugares ya protegidos.
Entre los aspirantes, Alemania presenta una fuerte propuesta: los icónicos castillos del Rey Luis II de Baviera, incluyendo el Castillo de Neuschwanstein, una joya arquitectónica que atrae a millones de visitantes. Su inclusión destacaría no solo su belleza de cuento de hadas, sino también su relevancia histórica.
Desde el Caribe, Jamaica propone un fascinante paisaje arqueológico subacuático con el puerto sumergido de Port Royal, un testamento de la historia marítima. Polonia, por su parte, busca el reconocimiento para el centro modernista de Gdynia, y Camboya presenta monumentos conmemorativos de los crímenes de los Jemeres Rojos.
Otras nominaciones notables incluyen antiguas fortalezas militares de la India, que narran el poder del Imperio Maratha; el Paleopaisaje de Faya de Emiratos Árabes Unidos, un ejemplo único de desierto de la Edad de Piedra; las pinturas rupestres prehistóricas de Bangudae en Corea del Sur; y las milenarias obras de la cueva Shulgan-Tash en los Urales rusos. China también compite con la vasta necrópolis Tangut en Xixia.
La Convención del Patrimonio Mundial, establecida tras la devastación de la Segunda Guerra Mundial y la amenaza a sitios como Abu Simbel, busca salvaguardar el patrimonio cultural y natural global. Sin embargo, la reunión en París también aborda crecientes desafíos.
Actualmente, 56 sitios ya designados están en peligro debido a conflictos armados, desastres naturales, contaminación, turismo descontrolado y escasez de agua. La crítica sobre la objetividad del proceso de selección y el impacto del turismo sostenible en las comunidades locales también forman parte del debate.
La decisión final de la UNESCO no solo enriquecerá la lista, sino que también reafirmará el compromiso global con la conservación histórica y la protección de estos tesoros universales.