Con la llegada del invierno, proteger el jardín del frío extremo se convierte en una prioridad para cualquier amante de las plantas. Más allá de la poda y el riego, existe un truco sencillo y altamente efectivo que puede marcar la diferencia en la supervivencia de tus especies: el uso de mulch o acolchado. Esta capa protectora no solo resguarda a tus plantas de las inclemencias del tiempo, sino que también aporta múltiples beneficios a la salud del suelo.
El mulch, que puede ser de origen orgánico (corteza de pino, hojas secas, paja, compost) o inorgánico (grava, piedras), actúa como una manta aislante para el suelo. Al aplicarlo alrededor de la base de las plantas, crea una barrera que ayuda a regular la temperatura del suelo. En invierno, esto es crucial para proteger las raíces de las heladas severas y de los cambios bruscos de temperatura que pueden estresar a las plantas. Evita que el suelo se congele y descongele repetidamente, un proceso que puede dañar las raíces y "levantar" las plantas del suelo.

Además de su función aislante, el mulch es un excelente conservador de la humedad. Aunque el invierno suele ser húmedo, el acolchado reduce la evaporación del agua del suelo, lo que es beneficioso en periodos de sequía invernal o cuando las plantas necesitan una hidratación constante. Esta retención de humedad también significa menos necesidad de riego, lo que ahorra recursos.
Otro beneficio fundamental, especialmente con el mulch orgánico, es su capacidad para enriquecer el suelo. A medida que los materiales orgánicos se descomponen, liberan nutrientes esenciales que mejoran la estructura del suelo, aumentan su fertilidad y fomentan la actividad de microorganismos beneficiosos. Esto se traduce en plantas más fuertes y resilientes, mejor preparadas para enfrentar el frío y para un crecimiento vigoroso en la primavera.
Para aplicar el mulch correctamente, extiende una capa de entre 5 y 10 centímetros alrededor de la base de tus plantas, asegurándote de no amontonarlo directamente contra los tallos o troncos, para evitar problemas de humedad y pudrición. Al incorporar este simple truco en tu rutina de cuidado invernal, estarás brindando a tus plantas la protección necesaria para sobrevivir el frío y prosperar en las estaciones venideras.