Cañerías congeladas: consejos para actuar frente al frío extremo
El invierno trae consigo el riesgo de que las cañerías de tu casa se congelen, un problema que puede derivar en costosas roturas. Conoce los consejos esenciales para prevenir este inconveniente y cómo actuar de forma segura si ya ha ocurrido.
Con la llegada de las bajas temperaturas, uno de los problemas más temidos en el hogar es el congelamiento de las cañerías. El agua, al expandirse cuando se congela, puede ejercer una presión inmensa sobre las tuberías, provocando fisuras o incluso la rotura completa, lo que se traduce en fugas, daños estructurales y elevados costos de reparación. Afortunadamente, existen medidas preventivas y acciones correctas para mitigar este riesgo.
La prevención es clave
Antes de que el frío más intenso se instale, es fundamental aislar las tuberías expuestas, especialmente aquellas que se encuentran en sótanos, garajes, paredes exteriores o espacios sin calefacción. Puedes utilizar materiales aislantes específicos para tuberías, como espuma de polietileno o fibra de vidrio, disponibles en ferreterías. Asegúrate de que no queden huecos por donde pueda filtrarse el aire frío.
Durante las noches de heladas extremas, una medida sencilla es dejar un surtidor goteando ligeramente. El movimiento constante del agua, por mínimo que sea, evita que se congele dentro de la cañería. Esto es especialmente útil para grifos que se encuentran en el exterior o en zonas más vulnerables. Otra recomendación es abrir los gabinetes debajo de los fregaderos de la cocina y el baño para permitir que el aire cálido de la casa circule alrededor de las tuberías.
Otra recomendación es abrir los gabinetes debajo de los fregaderos de la cocina.
Si, a pesar de las precauciones, sospechas que una cañería se ha congelado (por ejemplo, si no sale agua de un surtidor), es crucial actuar con cautela. Nunca intentes descongelarla con fuego directo o herramientas de calor intenso como sopletes, ya que esto puede causar daños severos o incluso provocar un incendio.
En su lugar, puedes usar un secador de pelo, una pistola de calor (a baja temperatura y manteniendo la distancia), o toallas empapadas en agua caliente. Aplica el calor gradualmente, comenzando desde el surtidor hacia la sección congelada.
Es vital cerrar la llave de paso principal del agua si sospechas de una rotura o si el agua no fluye después de intentar descongelar.
Esto evitará una inundación mayor una vez que el hielo se derrita. Si el problema persiste o no te sientes seguro, lo más recomendable es contactar a un fontanero profesional. Actuar con conocimiento y rapidez te ayudará a proteger tu hogar de los estragos del frío.