La intersección entre la arqueología y las geociencias ha revelado un fascinante enigma: ¿pueden los sitios arqueológicos alinearse en el espacio por algo más que una simple coincidencia? Un reciente análisis geocientífico, que examina mapas de puntos que representan elementos geológicos, arqueológicos o geofísicos, sugiere que sí, existen alineamientos ocultos que podrían tener interpretaciones profundas y relevantes.
Un alineamiento se define como la disposición de tres o más puntos sobre una línea recta. En geociencias, identificar estos patrones es de gran interés, ya que pueden ofrecer información crucial en diversas disciplinas, desde la vulcanología y la sismología hasta la geomorfología y la arqueología. Por ejemplo, en el caso de los túmulos y manifestaciones megalíticas, estos alineamientos podrían estar relacionados con significados religiosos, rutas comerciales o demarcación de fronteras.
El desafío radica en distinguir los alineamientos genuinos de aquellos que podrían formarse por puro azar. Para ello, se emplean procedimientos numéricos con ayuda de ordenadores, ya que el método visual es impreciso y no permite evaluar la incertidumbre. Se utilizan dos tipos de técnicas: los procedimientos estadísticos, que identifican direcciones preferentes, y los de identificación exacta, que extraen el número de alineamientos, sus puntos componentes y su localización precisa.
La validación de estos hallazgos se realiza a menudo mediante el método de simulación de Monte Carlo. Este proceso genera un gran número de simulaciones de puntos distribuidos al azar para estimar cuántos alineamientos se esperarían por mera casualidad. Un ejemplo clásico es el estudio de 52 sitios arqueológicos en Cornwall, Inglaterra. En este caso, se encontraron 4 alineamientos de cuatro puntos y 1 de cinco puntos que, según la simulación, son estadísticamente significativos y difícilmente explicables por el azar.
Estos descubrimientos sugieren que los alineamientos de sitios arqueológicos no son casuales y podrían indicar un control estructural o una intención en su implantación, abriendo un campo de investigación prometedor para comprender mejor la organización espacial y cultural de las civilizaciones antiguas.