Enclavada en un entorno montañoso que forma parte de las Sierras de los Comechingones, La Carolina se presenta como un destino ideal para los amantes del turismo ecológico y aquellos interesados en la historia argentina. Ubicada a más de 2000 metros sobre el nivel del mar en la provincia de San Luis, esta localidad ofrece actividades para aventureros y para quienes buscan desconectar y conectar con la naturaleza.
Conocida simplemente como Carolina, esta localidad del departamento Coronel Pringles se sitúa al pie del Cerro Tomolosta (2018 m s. n. m.), a 83 km al norte de la ciudad de San Luis por la Ruta Provincial 9. Su ubicación privilegiada la convierte en un punto de partida perfecto para explorar las maravillas naturales y culturales de la región.

Con menos de 300 habitantes, La Carolina ha logrado conservar su esencia de pueblo minero, un legado de la fiebre del oro que transformó la región a mediados del siglo XIX. Hoy en día, sus calles aún exhiben vestigios históricos como galerías subterráneas y construcciones de piedra, que transportan a los visitantes a épocas pasadas.
Pero La Carolina no es solo un pueblo histórico; su entorno natural es un verdadero paraíso para la aventura. Los visitantes pueden realizar visitas guiadas por las antiguas galerías subterráneas para aprender sobre el proceso de extracción del oro y, incluso, participar en el bateo artesanal, una experiencia que permite buscar pequeñas partículas de oro como lo hacían los mineros de antaño.
El paisaje invita a la exploración activa: a pocos minutos del pueblo, se encuentran senderos para trekking que ascienden hasta el Cerro Tomolasta, ofreciendo vistas panorámicas impresionantes de las sierras.
Los paseos a caballo son otra excelente opción para recorrer el entorno serrano. Para los aficionados a la pesca, el Río Grande brinda la oportunidad de disfrutar de la tranquilidad del ambiente natural. Además, a unos 20 kilómetros, la Gruta de Inti Huasi es un sitio de gran valor arqueológico, albergando restos de más de 8.000 años, lo que la convierte en un destino que combina historia y naturaleza de manera única. La Carolina es, sin duda, un lugar donde la riqueza histórica y la belleza natural se entrelazan para ofrecer una experiencia inolvidable.