Un metal precioso poco conocido ha logrado lo impensable: desplazar al oro, históricamente venerado por su belleza y propiedades, en el interés de los inversores. Su nombre es rodio. Aunque los principales productores de rodio son Sudáfrica, Rusia y Zimbabue en la actualidad reluce con fuerza en América Latina, específicamente en Colombia y Brasil.
Este brillante metal, perteneciente a la familia del platino, alcanzó en 2021 un pico de 28.775 dólares por onza, dejando muy atrás al oro, que en ese mismo periodo se cotizaba a unos 1.800 dólares por onza, según datos de Statista.
Con un brillo plateado distintivo y una excepcional resistencia a la corrosión, el rodio es un material crucial en la industria automotriz, donde es un componente esencial de los catalizadores para reducir emisiones contaminantes.

Además, es muy valorado en la joyería de lujo como recubrimiento para mejorar el brillo y la durabilidad de las piezas.
Sudáfrica, Rusia y Zimbabue lideran la producción mundial de rodio. Sin embargo, a pesar de que la cantidad extraída en Colombia y Brasil es menor en comparación, ambos países se han consolidado como actores importantes en este mercado.
Su relevancia radica en que el rodio se obtiene como subproducto clave de la minería del platino, un metal presente en sus yacimientos.