La sal de mesa es un elemento básico en la cocina para realzar sabores. Sin embargo, sus propiedades van mucho más allá de lo culinario. Históricamente, la sal ha sido valorada como un conservante natural por su capacidad para inhibir el crecimiento de microorganismos, como lo demuestra el tradicional charqui.
Entonces, ¿cuál es el poder desinfectante de la sal? La sal posee un notable potencial desinfectante para ciertas superficies. Esto se debe a dos reacciones químicas clave:
Deshidratación celular: la sal atrae el agua a través de un proceso llamado ósmosis. Cuando entra en contacto con bacterias, la sal extrae el agua de sus células, provocando su deshidratación y eliminación.
Alteración de proteínas: la sal puede modificar la estructura de las proteínas, que son esenciales para la supervivencia bacteriana, destruyendo así sus funciones vitales.
¿Es efectivo tirar sal en el inodoro cada noche?
Aunque la sal tiene propiedades antibacterianas, su efectividad como desinfectante en un entorno doméstico es limitada. Para que la sal actúe como desinfectante, se necesita una concentración muy elevada. Un puñado de sal en el inodoro no sería suficiente.
Además, la sal requiere un tiempo considerable para actuar. Un breve contacto con la superficie no bastaría para eliminar las bacterias de manera efectiva.
Por último, la presencia de materia orgánica, la temperatura del agua y el tipo específico de bacteria también pueden afectar la eficacia de la sal como desinfectante.
Si bien la sal posee propiedades desinfectantes, expertos y profesionales de la salud recomiendan utilizar productos desinfectantes formulados específicamente para la higiene del hogar. Estos productos contienen compuestos químicos diseñados para eliminar de manera eficiente y rápida una amplia variedad de microorganismos.