Un estudio publicado en Nature Communications marca un hito en la medicina reproductiva. La investigación demuestra la viabilidad de utilizar una división celular experimental, denominada mitomeiosis, para corregir el número de cromosomas en óvulos generados a partir de células somáticas. Este avance acerca la posibilidad de tratar la infertilidad en pacientes sin gametos funcionales a través de la Gametogénesis In Vitro (IVG).
Mitomeiosis: la solución para evitar embriones inviables
La infertilidad es una condición que afecta a millones de personas en el mundo, siendo la ausencia de óvulos o espermatozoides funcionales una causa frecuente. Una de las técnicas más prometedoras es la Transferencia Nuclear de Células Somáticas (SCNT), que permite reprogramar células de la piel en óvulos.
El problema principal de la SCNT es que produce óvulos con un genoma diploide (46 cromosomas), que al ser fertilizados por esperma (23 cromosomas) resultan en embriones con la ploidía incorrecta (triploides), haciéndolos inviables.

Para superar este obstáculo, un equipo de científicos investigó la mitomeiosis, una división celular reductiva experimental. El método consiste en trasplantar genomas somáticos no replicados a un óvulo humano enucleado.
La activación asistida fue la clave
Los investigadores observaron que los ovocitos SCNT, al ser fertilizados, se detenían en la fase de metafase, indicando un fallo en la activación natural.
La solución fue emplear una activación asistida utilizando un inhibidor selectivo de cinasas (roscovitina) y electroporación. Esta activación artificial logró el objetivo: inducir la segregación de cromosomas somáticos en un pronúcleo cigótico y un cuerpo polar.
El rastreo cromosómico posterior fue elocuente. Los resultados confirmaron que, en promedio, 23 cromosomas somáticos fueron retenidos dentro del cigoto, demostrando que fue posible reducir a la mitad el conjunto diploide. Los óvulos SCNT fertilizados con esta técnica progresaron, dando lugar a embriones con cromosomas somáticos y de esperma integrados.
Los autores enfatizan que el estudio es una "prueba de concepto" y se requiere mucha más investigación para garantizar su seguridad y eficacia antes de que pueda ser considerado para aplicaciones clínicas en el futuro.