Platos rotos
Insólito: condenan al contador que denunció irregularidades en el Casino
Gonzalo Jeréz, el contador que denunció irregularidades en el servicio de limpieza del Casino durante la gestión de Carlos Bianchinelli, fue condenado a pagar los cargos que le formuló el Tribunal de Cuentas. A valores de hoy equivale a cientos de millones de pesos.A través de diferentes sentencias, la Suprema Corte ha revocado los fallos del Tribunal de Cuentas que formulaban cargos contra el expresidente del Casino, Carlos Bianchinelli, y los exdirectores Miguel Bondino, y Federico Domínguez. Sin embargo, este miércoles se tomó una decisión diferente respecto al por entonces contador del Instituto Provincial de Juegos y Casinos, Gonzalo Jeréz.
A él sí le reclaman el dinero, entendiendo que se facturaron más horas de servicio de limpieza que las que efectivamente se cumplieron. Lo llamativo es que Jeréz fue el que denunció la maniobra que se habría pergeñado para favorecer a la empresa de limpieza Masterfull del empresario Alejandro Balegno, amigo personal de Bianchinelli. Ahora lo obligan a pagar cientos de millones de pesos por el daño que se generó al erario público.
El denunciante es, por ahora, el único condenado a devolver parte del dinero que le pagaban de más a la empresa que prestaba el servicio de limpieza durante los años 2013, 2014 y 2015. En el propio fallo en el que es condenado consta que Jeréz advirtió en mayo del 2014 "la posible existencia de irregularidades en los pagos del servicio de limpieza contratado con la empresa Masterfull S.R.L".
Cuando puso en conocimiento de Carlos Bianchinelli sus sospechas sobre la posible sobrefacturación de horas, fue removido de su cargo. Según manifestó Jeréz, "se observó que las facturas, en todos los casos conformadas por las autoridades pertinentes, no indicaban las horas de servicio prestados, sino que consignaban un monto global".
Atento a esa situación, el Tribunal de Cuentas entendió que "los responsables debían justificar los aspectos observados, aportar elementos que acreditasen la efectiva prestación del servicio y el total de horas facturadas y abonadas". Entre los responsables estaban el Presidente del Directorio, Carlos Bianchinelli, directores Federico Domínguez y Miguel Ángel Bondino, además de Carlos Cardone y Alejandro Sabino (responsables de aquellas áreas) y el propio contador general Gonzalo Jerez.
En su momento, el Tribunal de Cuentas elabora un informe complementario y concluye en la existencia de las inconsistencias en las horas facturadas, como así también en la improcedencia de las “horas máquina”, un concepto que no figuraba en los contratos pero que se estaba pagando. A eso se suma que no había licitación, los pagos salían por contratación directa o legítimo abono y a una velocidad llamativa. Aquí la cosa se complejiza.
El Tribunal de Cuentas emitió distintos fallos formulando cargos y multas a los responsables por las irregularidades detectadas. En el fallo 16776 encuentra solidariamente responsables a Bianchinelli, Bondino y Domínguez. En el fallo 16576, en cambio, encontraron como responsables al contador Gonzalo Jeréz y al coordinador de Administración Carlos Cardone.
En el mes de octubre, los jueces José Valerio, Mario Adaro y Omar Palermo anularon los cargos formulados contra Carlos Bianchinelli y los dos directores Miguel Bondino y Federico Domínguez entendiendo que "en los periodos en los que se formuló cargo a los actores el servicio se prestó de modo efectivo –circunstancia no discutida en la causa–, no encontrándose vigente ningún tipo de contratación que determinara pautas y condiciones a seguir por la prestataria".
Pero este miércoles en otro fallo condenan a Gonzalo Jeréz a devolverle a la provincia 2.2 millones de pesos a valores del año 2016, que actualizado a valores de hoy se eleva a cientos de millones de pesos. En concreto, los jueces le hicieron lugar de forma parcial a la demanda y anularon parte de los cargos por 1.6 millones de pesos, pero ratificaron el resto de la sanción que había impuesto el Tribunal de Cuentas.
"A modo de ejemplo, en el mes de agosto del año 2013, se informaron un total de 9816 horas operario, pero de las planillas de control horario únicamente es posible acreditar 7377. Esta circunstancia, como expuso la accionada, se proyecta también en los meses de abril, septiembre octubre y noviembre de ese año, no habiéndose incorporado a la causa ningún otro elemento que permita modificar aquella determinación, todo lo cual permite acreditar el daño al erario público y la consiguiente legitimidad del cargo impuesto, a fin de lograr que reintegre a las arcas del Estado aquellos importes facturados en exceso", justifican los magistrados. La diferencia es técnica: en los meses que el servicio se pagó por legítimo abono o reconocimiento de gastos, no era posible contrastar el servicio facturado con ningún pliego de condiciones ni orden de compra. Pero cuando se hizo por contratación directa, si. Y esos meses se confirmó que se pagaban más horas de limpieza que las que se pudo acreditar.
En 2019 los jueces Pedro Llorente y Dalmiro Garay también habían anulado los cargos contra las autoridades del casino por el fallo 16633 y en mayo del 2020 también se habían expedido en el mismo sentido Llorente, María Teresa Day y Mario Adaro. En mayo de este año los jueces Julio Gómez, Teresa Day y Norma Llatser anularon el fallo 17037 que también formulaba cargos contra Bianchinelli y Federico Domínguez por irregularidades en la contratación del servicio de limpieza.
¿Cómo termina entonces esta extensa historia? Carlos Bianchinelli y su amigo empresario Alejandro Balegno exculpados. El contador que denunció irregularidades y fue echado de su trabajo por encender las alarmas, condenado a pagar los platos rotos.
La trama que nadie investigó
Pocos recuerdan cómo se inició el escándalo que involucró a peronistas y radicales. En mayo del año 2014 el contador del Casino, Gonzalo Jeréz, detectó que existían anomalías en los montos que se le estaban pagando a la empresa de limpieza Masterfull SA. En lugar de investigar la situación, Bianchinelli (presidente del Casino) despidió a Gonzalo Jeréz. Luego se supo que Carlos Bianchinelli era compañero en un grupo de motos Harley Davidson del dueño de la empresa Masterfull, Alejandro Balegno. Todo eso consta en la causa penal que en su momento instruyó Santiago Garay (exfiscal de Delitos Económicos).
Pero en ese expediente incluso se incorporaron audios de conversaciones mantenidas entre Bianchinelli y Gonzalo Jeréz en los que Bianchinelli afirmaba que el juez de la Corte Julio Gómez lo estaba ayudando a ordenar todo. "Estos hijos de puta ¿sabés por qué han hecho esto? Han hecho esto porque los medios decían que el Tribunal de Cuentas no hacía nada. Me dijeron que justo cayó el expediente este y nos garcaron. Se lo dije a Gómez (Julio). Lo que han hecho es muy mala leche porque han cagado a gente que no tiene nada que ver. En todo caso nos hubiesen cagado a todos como solidariamente responsables", se puede escuchar decir a Bianchinelli en uno de los audios aportados en la causa.
La mención de Julio Gómez no es menor ni fue la única vez que Carlos Bianchinelli se refirió a supuestas charlas con el actual integrante de la Suprema Corte. El rol de Gómez tiene un doble valor. No solo es importante porque la Corte está revisando el accionar del Tribunal de Cuentas y los cargos que formuló contra los ex responsables del Casino. Sino también porque hasta junio del 2015 Gómez supo desempeñar un cargo clave en el Tribunal de Cuentas, en donde era Secretario Relator.
A pesar de ello, Gómez no se excusó de intervenir en una de las causas y fue quien fundó la sentencia que se conoció en mayo de este año. Fue él quien argumentó y dijo que "de las constancias integrales de la causa surge claro que se abonaba por un servicio único de limpieza en óptimas condiciones en los diversos edificios del Instituto Provincial de Juegos y Casinos, de lo que las autoridades encargadas del control interno de ello dieron cuenta en forma previa a ordenarse el reconocimiento del gasto durante el período en cuestión por el servicio de limpieza".
Pero eso no es todo, para anular el fallo 16633 el por entonces juez Pedro Llorente puso en conocimiento de las partes que lo unía una amistad íntima con Miguel Bondino, a quien el Tribunal de Cuentas apuntaba como solidariamente responsable de las irregularidades. Pese a ello, nadie recusó a Llorente y lejos de excusarse terminó argumentando el fallo que benefició a su amigo. Y lo hizo en dos sentencias.
En su momento el Tribunal de Cuentas fue categórico al afirmar que "se había objetado que las cotizaciones tenían un precio vil" y remarcó que pese a las observaciones realizadas no se corregían los errores y año tras año se volvían a detectar. "Si bien el legítimo abono saneó la violación a la obligación de realizar el compromiso previo , al no existir comprobación (control) del gasto en relación a las diferencias de horas abonadas, produjo un exceso en el pago del servicio, configurando ello una partida no comprobada", planteaba el órgano de control.
