La historia de amor entre Emmanuel y Brigitte Macron es, sin duda, una de las más comentadas de la política moderna. Su relación no solo capturó la atención de Francia, sino del mundo entero, desafiando normas sociales y cronológicas que muchos daban por sentadas. Es un relato que comienza en las aulas y culmina en el Palacio del Elíseo no exento de momentos que generan polémica.
De profesora y alumno a compañeros de vida
Todo se inició en la década de 1990 en el colegio La Providence, una escuela jesuita en Amiens, al norte de Francia. Brigitte Trogneux, entonces Brigitte Auzière, era una profesora de francés y teatro de 39 años, casada y madre de tres hijos. Emmanuel Macron, un brillante y precoz estudiante de 15 años, era su alumno en el club de teatro. Desde el primer momento, hubo una conexión intelectual y emocional innegable entre ellos. Él, cautivado por su intelecto y su forma de enseñar; ella, impresionada por su madurez y su talento extraordinario.
La relación, inicialmente una amistad profunda y una tutoría intelectual, evolucionó a pesar de la significativa diferencia de edad y las circunstancias. Los padres de Emmanuel, preocupados, lo enviaron a París para terminar sus estudios. Sin embargo, la distancia no apagó la llama. Emmanuel, con apenas 17 años, le prometió a Brigitte: "Volveré y me casaré contigo".
Un amor a prueba de prejuicios, el camino al Elíseo y un incidente en Vietnam
La promesa se mantuvo. Brigitte se divorció de su primer esposo en 2006, y en 2007, 12 años después de conocerse, Brigitte y Emmanuel Macron se casaron. La diferencia de edad de 24 años entre ellos se convirtió en un tema constante de conversación y, a menudo, de juicio. Sin embargo, ellos han defendido públicamente su amor como una elección libre y profunda, ajena a las convenciones sociales.
A medida que la carrera política de Emmanuel Macron ascendía meteóricamente, la figura de Brigitte se hacía más visible. Ella se convirtió en su confidente más cercana, su principal consejera y su apoyo incondicional. Durante la campaña presidencial de 2017, su presencia fue constante y su influencia, reconocida por el propio Macron. Su historia, inusual para los estándares políticos, lejos de ser un obstáculo, se transformó para muchos en un símbolo de audacia y autenticidad.
Sin embargo, su visibilidad también los expone a momentos de escrutinio público, como el ocurrido el domingo 25 de mayo. Un video captado a su llegada a Vietnam para una gira oficial, justo cuando se disponían a bajar del avión presidencial, mostró a Emmanuel Macron recibiendo una bofetada por parte de Brigitte Macron en el rostro.
Las imágenes, rápidamente viralizadas y ampliamente difundidas por agencias como Associated Press, generaron un gran revuelo y especulaciones sobre un posible momento de tensión en la pareja. Si bien fuentes cercanas al Elíseo intentaron minimizar el incidente, calificándolo de "momento de complicidad" o "pequeña disputa", la secuencia, que incluyó a Macron sobresaltado y girando para saludar a la prensa con una sonrisa forzada, y la posterior negativa de Brigitte a tomarle del brazo al descender, alimentó la polémica.