León XIV hace propia una iniciativa de Francisco: “Una Iglesia pobre para los pobres”
Las ideas del pontífice argentino están contenidas ampliamente en treinta citas en el documento de su sucesor, Dilexit te. Allí admite que asume somo suyo el pensamiento de Francisco y está feliz por presentarlo al comienzo de su pontificado.
El papa León XIV, elegido el 8 de marzo, ha marcado su pontificado con su primer documento apostólico, la exhortación "Dilexit te", estableciendo una clara línea de continuidad con el proyecto iniciado por su predecesor, Francisco. El nuevo pontífice, Robert Francis Prevost, asume como propia la consigna de Francisco: "Quiero una Iglesia pobre para los pobres", y dedica el documento de una treintena de páginas al amor por los pobres en todas sus formas. La sintonía de ideas es notable, con el texto citando a Francisco unas treinta veces y proponiendo en bloque su herencia en temas como la opción preferencial por los pobres, la teología de la liberación y los movimientos populares. El documento, cuyo título se vincula intencionalmente a la encíclica Dilexit nos de Francisco, exhorta a los cristianos a purificar las estructuras económicas de los desequilibrios que causan daños y que Francisco denominó "la economía que mata".
"Dilexit te" subraya que la pobreza es un "grito" constante que interpela a la sociedad, los sistemas políticos y la Iglesia. El documento advierte que la guardia no debe bajarse ante la pobreza, que abarca dimensiones materiales, morales y culturales, y que las diferencias entre los pobres y los superricos aumentan exponencialmente. El papa León XIV denuncia una cultura que "descarta a los otros" y tolera la muerte por hambre o condiciones indignas, destacando además la "doble pobreza" que sufren las mujeres debido a la exclusión y la violencia. Finalmente, el documento recuerda el ejemplo de las primeras comunidades cristianas, que no separaban la fe de la acción social, y afirma que la propiedad privada tiene una función social que se funda en la destinación común de los bienes. El Papa sostiene que la ayuda más importante para un pobre es facilitarle un buen trabajo que le permita una vida digna.
León XIV ha trazado una línea bien clara de su orientación con su primer documento apostólico desde que fue elegido, el 8 de marzo, como pontífice universal. Ha asumido como suyo el punto de partida del proyecto iniciado por el Papa argentino Jorge Bergoglio, Francisco, de afrontar la pobreza en todas sus formas.
El pensamiento de Francisco y la doctrina de Dilexit te, la exhortación apostólica que también forman la base para la primera encíclica del Papa Prevost que aún no ha publicado. Fue legendaria la frase de Jorge Bergoglio al comenzar su pontificado: "Quiero una Iglesia pobre para los pobres", que León ha hecho suya.
Las ideas del pontífice argentino están contenidas ampliamente en treinta citas en el documento, en el que señala que el pensamiento de Francisco "lo asumo como mío" y está feliz por presentarlo al comienzo de su pontificado.
El texto de una treintena de páginas está dedicado al amor por los pobres y desde el título se vincula a la última encíclica del argentino Francisco, Dilexit nos, exaltando la continuidad entre ambos.
No hay que olvidar que Robert Francis Prevost era un joven misionero norteamericano, agustino, enviado a Perú. Allí desarrolló sus ideas y atrajo la atención del Papa Francisco, que lo nombró obispo de Chiclayo y más tarde lo incorporó como "ministro" en el área de los obispos dentro del gobierno central de la Curia Romana. Esta vecindad lo hizo conocido y facilitó su elección como pontífice el 6 de marzo de este año.
Juan Pablo II envió en 1982 al entonces sacerdote Prevost, a la región peruana de Piura.
La sintonía de ideas entre ambos explica la sensación de un documento escrito a cuatro manos. Francisco lo estaba preparando y la exhortación apostólica del Papa León XIV sobre la acción "por los pobres y con los pobres" imagina que Cristo se dirige a cada uno de ellos diciendo: "Tienes poca fuerza, poco poder, pero yo te he amado".
En el documento, el Papa Prevost propone en bloque la herencia de su predecesor sobre la teología de la liberación, la opción preferencial por los pobres y los empujes teológicos y sociales en la base de los movimientos populares.
Dilexit te exhorta a los cristianos a trabajar juntos para purificar las estructuras económicas de aquellos desequilibrios que crean daños morales y materiales, lo que Francisco llamó "la economía que mata".
"Las condiciones de los pobres representan un grito que en la historia de la humanidad interpela constantemente nuestra vida, nuestra sociedad, nuestros sistemas políticos y la Iglesia", afirma.
Todas las pobrezas "no son solo materiales, sino también morales y culturales, visto que el acceso a la instrucción no es siempre un derecho difuso".
Los hombres más ricos del mundo.
La exhortación destaca que "sobre la pobreza no podemos bajar la guardia. Aumentan de modo exponencial las diferencias entre los pobres y los superricos del mundo. Esto significa que aún persiste —a veces bien enmascarada— una cultura que descarta a los otros sin siquiera darse cuenta y tolera con indiferencia que millones de personas mueran de hambre o no sobrevivan en condiciones indignas para el ser humano".
"Doble es la pobreza que sufren las mujeres que padecen situaciones de exclusión, maltrato y violencia, porque con frecuencia se encuentran con menores posibilidades". Destaca en ellas "el heroísmo en la defensa de la fragilidad de sus familias".
El Papa recuerda que las primeras comunidades cristianas dieron "un claro ejemplo eclesial de condivisión de los bienes y de atención a la pobreza". Los cristianos "llevaban todo lo que podían a los más necesitados porque los veían como sus hermanos y hermanas en Cristo. La Iglesia naciente no separaba el creer de la acción social; la fe que no era acompañada por el testimonio de las obras, como enseña Santiago, era considerada muerta".
Según Naciones Unidas hay 1.300 millones de personas pobres en el mundo, las zonas más complicadas son las de África Subsahariana y el sur de Asia.
"Dios ha destinado la tierra y todo lo que ella contiene al uso de todos los hombres y pueblos. Por lo tanto, los bienes creados deben, según un equitativo criterio, ser compartidos por todos. Cada propiedad privada tiene por su naturaleza una función social que se funda en la común destinación de los bienes".
León XIV sostiene que la ayuda más importante a una persona pobre es ayudarla a tener un buen trabajo para que pueda ganarse "una vida de acuerdo a su dignidad".