En los primeros cinco meses del año, creció 12,6% el comercio en Mendoza
Los datos oficiales muestran un repunte en las ventas minoristas entre enero y mayo, con subas destacadas en tecnología, entretenimiento y gastronomía. Economistas advierten que la recuperación es parcial y se explica, en gran parte, por la baja base de comparación con el año anterior
Durante los primeros cinco meses de 2025, las ventas del comercio minorista en Mendoza registraron un incremento del 12,6% en términos reales respecto al mismo período del año anterior. Así lo informó la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas (DEIE), que relevó la evolución de las ventas en distintos rubros del consumo masivo.
Los números detallan que el crecimiento fue impulsado principalmente por el desempeño de los sectores vinculados a tecnología, entretenimiento y gastronomía. El rubro de electrónicos, CDs, cassettes, electrodomésticos y artículos de computación encabezó el ranking con una suba real del 40,7%. Le siguieron los rubros de diversión y esparcimiento, con un aumento del 52,5%, y librería y papelería, que creció un 22,1%.
También mostraron variaciones positivas las ventas en patios de comida, alimentos, bebidas y kioscos (15,5%), juguetes (13,9%), amoblamientos, decoración, sanitarios, iluminación y textiles para el hogar (9,2%), perfumería, farmacia, óptica y fotografía (9,0%), y ropa deportiva y accesorios deportivos (3,1%). El segmento agrupado como "otros" registró un alza del 6,4%.
En contraste, el único rubro que presentó una caída fue el de indumentaria, calzado y marroquinería, con una baja del 3,5% en términos reales, lo que marca una diferencia respecto a la tendencia general del sector comercial.
Los datos contemplan el efecto de la inflación, por lo que reflejan un crecimiento genuino en el volumen de ventas.
La explicación del repunte
Consultados por El Medio, dos economistas coincidieron en que los datos positivos del primer tramo de 2025 deben leerse en el marco de una economía que aún arrastra los efectos de la recesión de 2024, pero que muestra señales de recuperación a partir de la desaceleración inflacionaria y una leve mejora del poder adquisitivo.
Carlos Rodríguez, economista y docente universitario, planteó que “lo que están mostrando las cifras últimamente es un amesetamiento en la evolución de la actividad en general”. Según explicó, aunque algunos indicadores son positivos, la recuperación parte desde una base muy baja: “Venís de una tasa muy baja. Hay una recomposición de los ingresos de la familia en la medida en que baja la tasa inflacionaria y se vuelve más factible el consumo y la financiación”.
Rodríguez también destacó que la desinflación mejora el poder de compra, sobre todo para los sectores más vulnerables: “Cuando hay inflación, la gente que está sobre la línea de pobreza tiende a caer sistemáticamente. En cambio, si hay desinflación, el ingreso empieza a rendir un poco más”. Para las empresas, agregó, también se abre la posibilidad del crédito, aunque remarcó que “los préstamos personales todavía están caros”.
Por otro lado, advirtió que empieza a notarse una mayor presión de bienes importados, que si bien amplían las opciones de consumo, generan dificultades para la producción local: “Son bienes y servicios que entran en competencia con los locales. Eso facilita las opciones de compra, pero mete mucha presión a las empresas locales, en especial a las pymes, que están sufriendo los efectos de la desregulación”.
La apertura comercial favorece precios más bajos para el consumidor, pero complica a productores locales.
En sintonía, el economista y asesor del Gobierno de Mendoza Sebastián Laza sostuvo que “la economía se está recuperando, tanto a nivel país como en Mendoza”, y que la provincia estaría creciendo a un ritmo cercano al 5% anualizado. “Eso significa que hay un poco más de poder de compra, y eso se traduce en este tipo de productos”, apuntó en referencia a los rubros que lideraron las subas.
En cuanto a la caída de la indumentaria, Laza señaló que podría estar incidiendo el fenómeno del turismo de compras en Chile. También puso el foco en el fuerte repunte del sector esparcimiento: “En 2024 se habían caído mucho las salidas a comer, las salidas a diversión. Cuando esto se reactiva a este ritmo, te da la pauta de que hay una mayor actividad económica, hay un mayor poder de compra, hay algo como que anda mejor en la provincia”.
Ambos economistas insistieron en que le mejora se debe en gran medida a que la comparación se está haciendo contra un año particularmente malo para el consumo (el 2024). Hay que recordar que, luego de la devaluación de diciembre de 2023, los salarios sufrieron una fuerte pérdida del poder adquisitivo, que recién hoy se está empezando a recuperar en su totalidad.