Entre 2018 y 2024, el enoturismo en Mendoza creció con fuerza, tanto en cantidad de visitantes como en bodegas que abren sus puertas al público. Según datos de la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar), el número de establecimientos turísticos aumentó un 57,5%, pasando de 146 a 230. Las zonas con mayor expansión fueron Valle de Uco y Luján de Cuyo, seguidas por Maipú, la Zona Sur y el Gran Este, que duplicó su oferta.
El perfil del sector revela un predominio de pequeñas y micro bodegas —más del 80% del total— que ofrecen experiencias personalizadas y tienen fuerte anclaje territorial. En paralelo, la cantidad de visitas alcanzó 1,59 millones en 2024, un 27,8% más que en 2018. Luján de Cuyo concentra la mayor cantidad de turistas, mientras que el Gran Este lideró el crecimiento porcentual.
El turismo nacional sigue siendo el principal motor, representando el 62% de los visitantes. Entre los extranjeros, se destacan brasileños, estadounidenses y chilenos. El auge del enoturismo se consolida como una alternativa clave de desarrollo para las pymes vitivinícolas y posiciona a Mendoza como destino enogastronómico de clase mundial.
Entre 2018 y 2024, Mendoza ha experimentado un crecimiento significativo en enoturismo, tanto en establecimientos que tienen sus puertas abiertas, como en cantidad de visitantes.
Según un informe elaborado por la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar), se incrementó 57,5% la cantidad de bodegas abiertas al turismo, pasando de 146 a 230 establecimientos en el período analizado. Luján de Cuyo y Valle de Uco son las zonas que más han crecido en términos absolutos, sumando 19 y 26 bodegas respectivamente. En Maipú y la Zona Sur también se registraron aumentos importantes, con incrementos de 19 y 11 bodegas cada una. El Gran Este duplicó su oferta, pasando de 11 a 20 bodegas, mientras que la Zona Metropolitana mantuvo su cantidad estable con cinco establecimientos.
En seis años, la cantidad de establecimientos que reciben visitantes pasó de 146 a 230 en la provincia
El enoturismo en Mendoza está compuesto principalmente por establecimientos de pequeño y micro tamaño productivos, lo que refleja la diversidad y flexibilidad de la oferta enoturística de la provincia y que el turismo es una alternativa real de crecimiento y expansión de los negocios para pymes.
Las bodegas pequeñas, que producen entre 0,5 y 5 millones de litros anuales, representan el 45,72 % del total. Estas bodegas suelen ofrecer experiencias más personalizadas y permiten a los visitantes un contacto directo con los procesos de elaboración del vino.
Las bodegas micro, aquellas que producen menos 500.000 litros anuales, constituyen el 35,40% del total. Estas bodegas, en su mayoría proyectos familiares, destacan por su carácter artesanal y su fuerte conexión con los territorios locales.
Mayor afluencia turística
El número de visitas a bodegas en Mendoza ha experimentado un crecimiento considerable entre 2018 y 2024, alcanzando un total de 1.590.567 visitas en 2024, lo que representa un incremento del 27,78 % respecto a 2018 (último relevamiento realizado).
Luján de Cuyo es la zona que más visitantes en cantidad registra por año, según datos al 2024; mientras que el Gran Este es el territorio que más creció entre 2018 y 2024 con una tasa del 94,41% de aumento.
En cuanto al origen de los visitantes a bodegas en Mendoza, según los datos registrados por el Observatorio, el 47,74% de los visitantes proviene de otras provincias de Argentina, mientras que el 43,06% corresponde a turistas internacionales. El resto, un 9,20%, corresponde a mendocinos. Esto indica que los argentinos son el principal público visitante en las bodegas de Mendoza.
En cuanto a los extranjeros que llegan hasta las bodegas abiertas al turismo en Mendoza, el 45,03% son brasileños, el 22,68% llegan de EEUU y Canadá y en tercer lugar son los chilenos con el 7,92%.
En 2024, el 62% de los turistas fueron nacionales, mientras que el 38% restante correspondió a visitantes internacionales, especialmente de Brasil, Estados Unidos y Chile. Estos datos reafirman el atractivo de Mendoza como destino de clase mundial, donde el vino se integra a una propuesta más amplia de cultura, naturaleza y gastronomía.