Víctor da Vila
El impacto bonaerense sobre Mendoza: la derrota de LLA-PRO y las lecciones para octubre
El autor de la columna, Víctor da Vila, sostiene que la pérdida de un millón y medio de votos oficialistas no responde solo a la crisis económica, sino también a errores políticos y comunicacionales.La reciente elección en la provincia de Buenos Aires dejó un dato contundente: la alianza PRO-La Libertad Avanza (LLA) perdió un millón y medio de votos en el principal distrito electoral del país, mientras el peronismo logró contener a su electorado histórico y apenas sumó 375 mil sufragios más.
El electorado que le dio la espalda al oficialismo nacional, mayoritariamente no fue a votar, lo que explica un crecimiento del ausentismo en casi el 10%, también un crecimiento del voto blanco-nulo de poco más del 160% En todos los casos la comparación es con la elección legislativa de 2021.
El resultado no solo reconfigura el escenario nacional, sino que también proyecta efectos sobre la campaña en Mendoza, donde Cambia Mendoza gobierna y el PJ busca recuperar centralidad.
La derrota que nace de la política, no solo de la economía
Como advierte Lucas Inostroza, codirector de Opinión Mendoza, lo sucedido en Buenos Aires no puede explicarse únicamente por la crisis económica. Si bien la recesión y la caída del poder adquisitivo erosionaron al oficialismo, fueron los errores políticos y comunicacionales los que amplificaron el desgaste. Escándalos como el de los medicamentos destinados a personas con discapacidad, la improvisación en actos de campaña y la salida de escena de Santiago Caputo como estratega central dejaron al descubierto la falta de coherencia y profesionalización.
Es decir que aquellos sectores medios y bajos de la sociedad que soportan el peso del ajuste, en post de que el sacrificio significara una mejoría, dejaron de apoyar al presidente, pero sin volcarse a otra opción. Mayoritariamente trabajadores, emprendedores y pequeños comerciantes, como se desprende del análisis por zonas de los registros electorales y sus variaciones.
Si uno ve con detenimiento los movimientos de los principales candidatos oficialistas, en Mendoza, su actividad proselitista es nula, están “guardados”. Es posible que se evalúe que su exposición es contraproducente para el piso electoral desde donde parten, pues deben responder por las coimas en discapacidad, la crisis del fentanilo y particularmente Luis Petri por el manejo de los fondos de la Obra social del personal de fuerzas armadas y de seguridad.
En paralelo, el peronismo supo articular un relato de unidad táctica, pese a que no se resuelven las contradicciones y tensiones al interior del peronismo. Lograron disimular diferencias y proyectar, hacia afuera, una narrativa clara: “ponerle un freno a Milei”. Axel Kicillof terminó convertido en el rostro visible de un triunfo provincial que, paradójicamente, se transformó en victoria nacional para el peronismo.
La realidad del peronismo Mendocino es muy diferente, con un liderazgo cuestionado y sin despertar demasiado entusiasmo, con muchos sectores heridos por el cierre “entre cuatro paredes” de los principales dirigentes. Los compañeros Mendocinos no tienen una razón de peso para ir a la batalla por sus dirigentes, como sí lo tuvieron los bonaerenses al defender un bastión histórico.
La lectura mendocina: advertencias y límites
En Mendoza, las repercusiones fueron inmediatas. El gobernador Alfredo Cornejo advirtió que el resultado “demuestra que el kirchnerismo está vivo” y llamó a no subestimar su capacidad de reorganización. Su vicegobernadora, Hebe Casado, apuntó directamente a los errores de campaña de LLA y responsabilizó al asesor Eduardo “Lule” Menem.
El PJ mendocino, por su parte, buscó capitalizar el envión. Emir Félix, candidato a diputado nacional, afirmó que “los argentinos están tomando nota de la crueldad del Gobierno nacional y lo hacen saber en las urnas”.
Lo concreto es que la posibilidad de un traslado mecánico del resultado bonaerense a Mendoza es una expresión de deseo, incluso algunos referentes del peronismo temen que cause el efecto contrario si la narrativa del gobernador Alfredo Cornejo se encarna en el electorado.
Elbio Rodríguez, encuestador experimentado, asegura que el peronismo bonaerense ganó “desde abajo hacia arriba, con intendentes y referentes barriales que La Libertad Avanza no tiene”. En Mendoza, sin esa red territorial, el PJ enfrenta un escenario más difícil, aunque con la oportunidad de crecer si logra mostrarse como alternativa cohesionada.
Escenarios hacia octubre: polarización y voto útil
¿Es válida para Mendoza la hipótesis de una campaña marcada por la polarización?
El despliegue de fuerzas como el Frente Verde, de Mario Vadillo y Defendamos Mendoza-Provincias Unidas de Jorge Difonso cuestionan esta realidad. El primero asienta su poder de fuego en la consolidación de una gran comunidad digital al nivel de los referentes nacionales y el segundo en un planteo económico alternativo al oficialismo, con referencia concreta en el plano nacional, que ha logrado alinear a intendentes y sectores disidentes de las fuerzas tradicionales
Las muestras de opinión neutrales colocan a estas dos fuerzas peleando el ingreso al congreso. Hoy disputan palmo a palmo el rótulo de fuerza opositora al peronismo, en algunos casos integrando a sectores desplazados del mismo peronismo.
El debilitamiento de LLA abre una incógnita. Si el oficialismo nacional insiste en repetir los mismos errores, su caída puede arrastrar a los candidatos provinciales aliados. Y aunque el peronismo mendocino no tenga la misma estructura que en Buenos Aires el escenario puede cambiar rápidamente.
Un retroceso de LLA en Mendoza, y que un sector significativo del electorado local sea refractario del voto peronista y particularmente Kirchnerista puede ser explotado por estas fuerzas, cristalizando un escenario de minorías, que se contrapone a la polarización bonaerense.
Por Víctor da Vila, Codirector de Opinión Mendoza