Queridos vecinos y vecinas:
Queremos compartir con ustedes nuestra profunda indignación, dolor e impotencia.
Una vez más, los jubilados y jubiladas de Mendoza han sido testigos —y víctimas— del abandono, el maltrato institucional y el desprecio silencioso de quienes deberían velar por su bienestar.
Esta semana, la situación llegó a un límite intolerable. Ante la falta de medicamentos gratuitos, el retraso en la entrega de pañales y la indiferencia constante de las autoridades del PAMI Mendoza, un grupo de jubilados decidió marchar —como lo hacen cada semana— y entrar pacíficamente a la sede de calle Belgrano, exigiendo respuestas, no limosnas.
Ingresaron con un petitorio, con respeto y con razón.
Pero el titular del PAMI, el señor Litvinchuck, una vez más se escondió, no dio la cara, y eludió a la prensa.
Nos preguntamos:
¿Qué clase de funcionario se niega a escuchar a quienes más lo necesitan?
¿Qué tipo de Estado puede mirar para otro lado cuando nuestros mayores no tienen ni los medicamentos que les recetó un médico, ni los insumos básicos para su higiene diaria?
Este no es solo un problema administrativo.
Es un abandono de personas. Es una violación a los derechos humanos más elementales.
La Justicia ya ha ordenado la entrega de medicamentos. Pero no alcanza con fallos si quienes deben cumplirlos eligen la desidia.
No alcanza con discursos cuando la realidad es un calvario cotidiano para miles de jubilados.
Desde el Partido de los Jubilados no vamos a callarnos. No vamos a mirar para otro lado.
Vamos a levantar la voz, una y mil veces, hasta que los responsables escuchen.
Porque cada medicamento negado es una vida en riesgo.
Porque cada pañal que no se entrega es una muestra de desprecio por la dignidad. Porque cada funcionario que se esconde tras un escritorio, es cómplice de este abandono.
Queremos convocar a todos los mendocinos de buena fe —jóvenes, trabajadores, estudiantes, familias— a que nos acompañen en este reclamo.
Porque todos vamos a envejecer. Porque todos tenemos un padre, una madre, un abuelo o una abuela que merece vivir con dignidad, no con miedo.
No nos resignamos. Nos organizamos.
Y vamos a seguir luchando por una Mendoza más humana, más justa y más solidaria.
Con respeto y convicción,
Isabel Grosso, presidenta del Partido de los Jubilados.