Tras la medida del Gobierno, qué pasará con el precio de la carne
La eliminación temporal de los derechos de exportación para la carne bovina y aviar abrió un interrogante: ¿el alivio fiscal para el sector se traducirá en una baja de precios en el mercado interno o quedará limitado a reforzar la competitividad externa?
La reciente decisión del Gobierno de llevar a cero por ciento las retenciones a las exportaciones agropecuarias, aunque de manera transitoria, abrió un nuevo frente de debate en la cadena cárnica. La medida, que para granos se agotó rápidamente al alcanzarse el cupo de USD 7.000 millones, sigue vigente para carnes bovinas y avícolas hasta el 31 de octubre, sin límite de volumen. El interrogante es si esta exención impositiva tendrá un impacto real en el precio que pagan los consumidores en el mercado interno.
El sector agroexportador en general celebró la resolución, al interpretarla como una señal de alivio fiscal y un incentivo a la liquidación de divisas. En el caso de la carne, sin embargo, el efecto es más complejo de medir. Por un lado, el beneficio genera un mayor margen de rentabilidad para frigoríficos y exportadores; por otro, existen dudas sobre si ese margen se trasladará hacia abajo en la cadena de valor o quedará absorbido por los propios operadores.
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El punto de la duda
El consumo de carne vacuna en la Argentina viene atravesando un período de contracción, con caídas en la demanda interna y un crecimiento en la participación de los envíos al exterior. En este contexto, la eliminación temporal de retenciones funciona como un aliciente para sostener la competitividad exportadora, sobre todo en un escenario en el que el tipo de cambio y los costos internos presionan sobre los márgenes.
La gran pregunta es si este estímulo a las ventas externas puede repercutir en los precios domésticos. Algunos analistas consideran que la baja de retenciones podría tensionar la oferta en el mercado interno, favoreciendo la exportación y limitando la disponibilidad para consumo local. Otros señalan que la medida es de corta duración y que su incidencia en la formación de precios será marginal frente a otros factores más determinantes, como la evolución del dólar, el poder adquisitivo de los hogares y el costo de la alimentación del ganado.
Ahora bien, resulta interesante conocer la opinión de frigoríficos y carniceros, ya que son ellos quienes están del otro lado del mostrador, vendiendo el producto en la provincia. Julio Melchor, empresario de la carne y ex presidente de la cámara que nuclea a las firmas del sector, señaló que, desde su punto de vista, la medida de baja temporal de retenciones no tendrá un impacto directo sobre los precios, al menos en el corto plazo.
"Sí es más probable que se produzcan cambios por la fluctuación del dólar. De hecho, en los últimos tres meses hemos tenido un incremento de punta a punta del 10%. Es una suba que está algo por encima de la inflación, aunque también es cierto que veníamos de ocho meses sin variación", comentó Julio Melchor, propietario del frigorífico San Javier y ex vicepresidente Cámara de Industria de la Carne y Matarifes de Mendoza.
Para Melchor, el precio de novillo en gancho se va a estabilizar en $7.000 el kilo. "Hoy el valor va de $6.800 a $7.500, de acuerdo a la calidad del novillo. Si es de menor calidad, puede estar más abajo. Si es de calidad superior, está en $7.500", señaló. En otras palabras, desde su punto de vista considera que el precio al consumidor final no tendrá grandes variaciones, al menos en los próximos días, siempre y cuando el dólar se mantenga estable.
También Matías Villegas, propietario de una carnicería de la zona céntrica, dio cuenta de las subas de precios registradas en los últimos meses. Sin embargo, aclaró que el precio no se ha movido desde que empezó la liquidación de exportaciones con arancel cero y aclaró que sus proveedores non le han comunicado de nuevas subas para los próximos días.
"Desconozco cómo va a impactar esa medida en la oferta del mercado interno, pero si hay algo claro, es que la demanda no está traccionando. Las ventas no caminan como se esperaba, dudo que el precio pueda subir mucho", comentó.
Señal política y expectativa
La decisión oficial fue interpretada como un gesto político hacia el campo, que venía reclamando una reducción de la carga tributaria desde hace años. En ese sentido, más allá del impacto económico inmediato, el anuncio busca transmitir un mensaje de respaldo al sector productivo.
Mientras tanto, los consumidores se preguntan si este alivio fiscal se traducirá en un respiro para sus bolsillos o si se limitará a mejorar la competitividad de la carne argentina en los mercados internacionales. La respuesta definitiva dependerá, en gran medida, de cómo reaccionen los frigoríficos y exportadores en las próximas semanas.