Qué son encajes y por qué son el "último recurso" del Gobierno
El Banco Central elevó al 50% el porcentaje de depósitos que los bancos deben inmovilizar y endureció los controles diarios sobre esas tenencias, en un intento por absorber liquidez y evitar presiones cambiarias en la previa electoral
El Banco Central (BCRA) decidió reforzar su política de control sobre el sistema financiero, obligando a los bancos a inmovilizar hasta la mitad de sus tenencias en pesos. La medida, que se conoce como incremento de encajes, busca absorber liquidez en un momento en que el Gobierno enfrenta dificultades para conseguir financiamiento en el mercado.
Los encajes son el porcentaje de los depósitos que las entidades financieras deben mantener inmovilizado —sin poder prestarlo ni invertirlo libremente— como respaldo ante eventuales retiros de dinero. Pueden ser no remunerados, cuando el banco no obtiene rentabilidad por ese capital, o remunerados, si se permiten invertir en determinados instrumentos. Su objetivo principal es controlar la cantidad de dinero circulante y, por ende, influir sobre la inflación y el tipo de cambio.
En este caso, el BCRA elevó en 5 puntos porcentuales el requisito para los encajes en pesos, llevándolos del 45% al 50% del total de las tenencias de las entidades. Además, cambió la forma de medirlos: ya no se calculará un promedio mensual, sino que los bancos deberán informar sus tenencias diariamente. Esto permitirá un seguimiento más estricto y la aplicación de sanciones más severas ante cualquier incumplimiento. Las multas, que se duplicarán a partir del lunes, equivaldrán a tres veces la tasa de referencia Tamar sobre el promedio del sistema.
Medida de urgencia
El ajuste llega luego de que el Tesoro lograra una baja renovación de deuda en la licitación del miércoles. Para captar los pesos disponibles, se habilitó que 5 puntos porcentuales de los nuevos encajes puedan cubrirse con bonos que se emitirán en una licitación especial el lunes próximo. Según lo anunciado, la operación estará dirigida exclusivamente a bancos y se financiará con recursos propios de las entidades, evitando maniobras especulativas.
Entre los instrumentos ofrecidos se incluye una letra con tasa Tamar—que ronda el 50% anual— y vencimiento el 28 de noviembre, a tres meses y medio. Con esta alternativa, las entidades podrán optar entre dejar sus pesos a tasa cero en el BCRA o invertir en este título y cobrarlo después de las elecciones de octubre.
El endurecimiento de la política monetaria busca, según explican en el equipo económico, “no dejar pesos sueltos que puedan hacer daño” en un contexto de alta volatilidad cambiaria. La intención es mantener controlado el dólar y evitar un salto como el registrado en agosto, aun a costa de restringir más la liquidez en el sistema.
Analistas del sector advierten que la estrategia revela la magnitud de las dificultades para conseguir financiamiento antes de las elecciones en la provincia de Buenos Aires, donde las encuestas muestran un escenario muy ajustado. También señalan que el apuro por convocar una licitación extraordinaria expone el delicado momento financiero.
Algunos especialistas sostienen que la medida incrementa la previsibilidad del mercado, mientras que otros consideran que “desconcierta a los inversores” y limita la transparencia de la política económica. En cualquier caso, el uso de los encajes como herramienta de absorción de pesos refleja que el Gobierno recurre a mecanismos de “última instancia” para evitar presiones cambiarias y sostener la estabilidad en los meses previos a los comicios.