Gracias a la información recopilada por el módulo de aterrizaje InSight de la NASA, un equipo de científicos ha logrado una visión sin precedentes del interior del planeta rojo.
Al analizar las ondas sísmicas de los "martemotos", los investigadores detectaron un retraso inesperado en las llegadas de las ondas de alta frecuencia, un fenómeno que se hacía más pronunciado a medida que las ondas viajaban a mayor distancia a través del manto marciano.
Este retraso, según los expertos, no es aleatorio. Lo atribuyen a "heterogeneidades a escala kilométrica" que existen dentro del manto de Marte. Estas irregularidades, que actúan como "grumos" o "parches", son remanentes de la caótica convección que agitó el interior del planeta durante sus primeras etapas, un período marcado por numerosos impactos de asteroides.

A diferencia de la Tierra, donde la tectónica de placas ha reciclado constantemente el manto, el interior de Marte es estático, una característica de los planetas con una sola placa.
El estudio, publicado recientemente, sugiere que la corteza de Marte se enfrió rápidamente, "congelando" estas heterogeneidades en su lugar. Esta falta de movimiento y mezcla en el manto indica una viscosidad muy alta, lo que lo hace mucho más rígido y menos activo que el de nuestro planeta.
En esencia, el interior de Marte es un registro fósil de su evolución más primitiva, un contraste notable con la dinámica geológica y el constante "agitamiento" del interior de la Tierra. Este hallazgo no solo profundiza nuestra comprensión de Marte, sino que también nos ofrece una perspectiva única sobre los diferentes caminos que puede tomar la evolución planetaria.