Un reciente estudio científico realizado en China ha puesto de manifiesto una conexión sorprendente entre la dieta y la salud cardiovascular.
La investigación, basada en datos del Biobanco de Kadoorie en Sichuan y publicada en una prestigiosa revista especializada, sugiere que el consumo regular de comida picante podría ser un factor protector contra enfermedades del corazón y cerebro.
El estudio, que incluyó a más de 50.000 participantes, analizó la frecuencia, el nivel de picor y el tipo de alimentos picantes que consumían.
Los resultados fueron contundentes: las personas que comían picante de seis a siete días a la semana tenían un riesgo significativamente menor de padecer enfermedades isquémicas del corazón y derrames cerebrales isquémicos, en comparación con aquellos que rara vez lo consumían.
Además, la investigación destacó que, a mayor nivel de picor en la dieta, mayor era la reducción del riesgo de enfermedades cardíacas.
Un dato particularmente revelador es que el efecto protector del picante parece estar relacionado con la edad en la que se comienza a consumir. El estudio encontró que las personas que empezaron a comer picante de forma regular entre los 0 y 20 años mostraron una reducción notable en el riesgo de estas patologías, mientras que quienes lo incorporaron a su dieta a una edad más avanzada no experimentaron un beneficio estadísticamente significativo.
Estos hallazgos ofrecen una nueva perspectiva sobre los beneficios de la dieta y sugieren que el hábito de comer picante podría ser un factor importante para mantener la salud cardiovascular.