Al norte de Inglaterra, en el histórico fuerte romano de Magna, un equipo de arqueólogos ha desenterrado un descubrimiento que ha generado más preguntas que respuestas: una colección de zapatos romanos de 2.000 años de antigüedad con tallas excepcionalmente grandes. Este b, sin precedentes, plantea incógnitas sobre las características físicas de quienes habitaron la región durante la ocupación romana de la isla.
De los 32 zapatos encontrados en el yacimiento cercano al famoso Muro de Adriano, ocho superan los 30 centímetros de longitud. El primero de estos ejemplares inusualmente grandes, de 32 centímetros, fue documentado el 21 de mayo por el equipo de Vindolanda Charitable Trust, encargado de las excavaciones. Desde entonces, varios más de tamaño similar han emergido, destacando uno que ostenta el récord de la colección con 32,6 centímetros de largo.
Este descubrimiento contrasta notablemente con el patrón habitual de calzado romano previamente encontrado en la región. Según Elizabeth Greene, especialista en calzado romano de la Universidad de Western Ontario (Canadá), incluso considerando la contracción natural del cuero con el paso del tiempo, estos zapatos siguen siendo excepcionalmente grandes.
Andrew Birley, director de excavaciones, subraya la importancia de estos artefactos: "Nos recuerda que no todas las poblaciones eran iguales, que las grandes variaciones entre los regimientos y las personas que sirvieron a lo largo del Muro de Adriano podían ser culturistas y físicas. Sin artefactos como estos maravillosos zapatos de Magna y Vindolanda, sería casi imposible conocer información como esta". El hallazgo no solo aporta datos concretos sobre la vestimenta, sino que abre una ventana a la diversidad física de los individuos que conformaron el ejército romano, permitiendo a los historiadores y arqueólogos reconstruir con mayor precisión la vida y las características de quienes patrullaron las fronteras del imperio.
