En la era digital, la comodidad a menudo choca con la seguridad. Muchos de nosotros, para simplificar, utilizamos la misma contraseña en múltiples plataformas, desde redes sociales hasta nuestro banco.
Este hábito, sin embargo, nos expone a un riesgo crítico: si los ciberdelincuentes logran robar una de tus contraseñas, tendrán acceso a todas tus cuentas. Es el equivalente digital a usar la misma llave para todas las puertas de tu casa; si alguien la encuentra, tu hogar completo queda vulnerable.
Los expertos en ciberseguridad insisten en que la mejor defensa es la diversificación. La razón es simple: los ataques digitales no discriminan.

No importa si la cuenta vulnerada es de un sitio de poca importancia; los delincuentes utilizan herramientas automatizadas para probar combinaciones en todo tipo de plataformas, desde tu correo electrónico hasta tu banca en línea. Una única filtración podría poner en riesgo tu identidad digital, datos bancarios, documentos personales y más.
Para protegerte, es fundamental crear contraseñas fuertes y únicas para cada servicio. Una clave segura debe ser compleja, combinando letras mayúsculas y minúsculas, números y símbolos.
Además, para una protección adicional, activa la autenticación de dos factores (2FA) siempre que sea posible. Este método añade una segunda capa de seguridad, pidiendo un código adicional que solo tú posees. Adoptar estos hábitos es la clave para prevenir robos y mantener a salvo tu vida digital.