Con cada cambio de estación llega el ritual de guardado de ropa. Para poder estar organizados y aprovechar el espacio en nuestros placares muchas personas elegimos guardar la ropa de invierno cuando hace calor y guardar la ropa de verano cuando hace frío.
Sin embargo, cuando llega el momento de hacer el cambio descubrimos que la ropa que habíamos guardado con tanto cuidado tiene un “tufillo” nada agradable. Algunos sienten olor a humedad y otros hablan de olor a encierro.
Para empeorar las cosas, ese aroma penetrante no solo es desagradable, sino que también indica la presencia de hongos y la falta de ventilación en las telas. La buena noticia es que existe una solución rápida sin químicos o perfumes artificiales.
La tendencia actual apunta hacia métodos más sustentables y amigables con el medio ambiente. Cada vez en más hogares los adultos buscan alternativas que eviten el uso excesivo de productos agresivos, priorizando el cuidado de la ropa y del planeta.
Para ello, existen soluciones caseras, económicas y altamente efectivas para devolverle frescura a las prendas sin recurrir a lavandina ni fragancias sintéticas.
La lavandina y los perfumes artificiales pueden dañar las fibras o desgastar los colores. Además, pueden causar irritaciones en la piel. Por otra parte, los perfumes y aromatizantes en aerosol solo ocultan el olor con fragancias refrescantes, pero no eliminan la humedad.
Estos productos contienen químicos que impactan en la calidad del aire y en el agua cuando son desechados. Por eso, la alternativa sustentable es el bicarbonato acompañado de la ventilación natural.
Este polvo económico y seguro, actúa neutralizando los malos olores en lugar de cubrirlos. Sumado a la ventilación natural y la luz solar, es la dupla perfecta para devolverle frescura a las prendas sin generar contaminación.
Cómo eliminar el olor a humedad de la ropa
Cómo eliminar el olor a humedad de la ropa
Sacar la ropa del bolso o caja y sacudir cada prenda.
Preparar un recipiente con agua tibia y agregar dos cucharadas de bicarbonato de sodio.
Sumergir las prendas durante 30 minutos para que absorban el bicarbonato.
Escurrir suavemente y colgar la ropa al aire libre, preferentemente bajo el sol suave de la mañana.
Si no se puede lavar, espolvorear bicarbonato en seco sobre la prenda y dejarlo actuar unas horas y luego sacudir.
Para potenciar la sensación de frescura, se puede añadir unas gotas de aceite de lavanda, limón o eucalipto en el agua del enjuague. Los cuales son naturales, aportan aroma y tienen propiedades antibacterianas.