El falafel es una de las recetas más populares y versátiles del Medio Oriente, disfrutado tanto como entrante o como un delicioso bocadillo en pan de pita caliente. Su forma varía según la región, presentándose como croquetas, pequeñas hamburguesas o bolas, siempre fritas en aceite de oliva.
La receta de falafel original se basa principalmente en garbanzos, lo que le otorga su sabor característico y su textura particular. Sin embargo, existen variantes regionales igualmente sabrosas; por ejemplo, en Egipto, el falafel se elabora principalmente con habas. Ambas opciones son fáciles de preparar y ofrecen una experiencia culinaria rica y aromática.
Su versatilidad y facilidad de preparación lo convierten en un plato ideal para diversas ocasiones. La clave de su popularidad radica en la combinación de ingredientes sencillos que, al freírse, desarrollan un exterior crujiente y un interior suave y especiado.
Ingredientes para 4 personas
500 grs de garbanzos o de habas secas peladas (dejar en remojo la noche anterior)
3 cebollas picadas
½ taza de perejil fresco
½ taza de cilantro fresco
3 dientes de ajo, picados
2 cucharilla de comino molido
1 taza pan rallado o de harina en caso de no tener pan rallado
1 cuchara de bicarbonato (aconsejado) o levadura en polvo
1 cucharilla de sal
1 pizca de pimienta negra
½ cucharilla de cayena molida (opcional)
Aceite de girasol para freír
Preparación
Lavar y escurrir los garbanzos o habas dejados en remojo la noche anterior. Triturar los garbanzos «sin cocer» o habas con la batidora o picadora junto con las cebollas, los ajos, el perejil, el cilantro fresco y una taza de agua. Mezclar hasta conseguir una textura espesa.
Añadir la sal, el comino molido, la pimienta negra, la cayena (opcional) , el bicarbonato y mezclar un poco. Dejar reposar la mezcla durante 30 minutos.
Formar con la mezcla pequeñas bolas o mini hamburguesas, del tamaño de una pelota de ping pong y freír en abundante aceite de girasol a fuego medio/fuerte hasta que le queden dorados (5-7 minutos). Servir caliente.
