Con la llegada del frío, la calefacción se convierte en nuestra mejor aliada en el hogar, pero puede ser una gran enemiga para nuestras plantas de interior. El aire seco y caliente que emiten los sistemas de calefacción (radiadores, estufas, aires acondicionados) puede deshidratar rápidamente las hojas, quemar los bordes y provocar un estrés que las debilite o incluso las mate. Saber cómo cuidar tus plantas de la calefacción es crucial para que sobrevivan y prosperen durante el invierno.
La humedad: el factor clave
El principal problema de la calefacción es la reducción drástica de la humedad ambiental. Muchas plantas de interior, especialmente las tropicales, provienen de entornos con alta humedad y sufren cuando el aire se vuelve seco.
Aunque el aire sea seco, el crecimiento de las plantas suele ralentizarse en invierno.
La solución pasa por aumentar la humedad alrededor de ellas:
Pulverización frecuente: es una de las soluciones más sencillas. Pulveriza las hojas de tus plantas con agua limpia y sin cal una o dos veces al día. Evitá hacerlo en plantas con hojas peludas o sensibles al exceso de humedad en su superficie (como la violeta africana).
Agrupación de plantas: agrupar varias plantas de interior juntas crea un microclima más húmedo. Al transpirar, liberan humedad al aire, beneficiándose mutuamente.
Bandejas con guijarros y agua: colocá las macetas sobre bandejas llenas de guijarros y agua. Asegurate de que la base de la maceta no esté sumergida directamente en el agua, para evitar que las raíces se pudran. A medida que el agua se evapora, aumenta la humedad alrededor de las plantas.
Humidificadores: si tenés muchas plantas o el ambiente es extremadamente seco, un humidificador ambiental es la mejor inversión. Ayuda a mantener un nivel de humedad constante y óptimo para ellas y para tu propia salud.
Ubicación estratégica y riego ajustado
Además de la humedad, la ubicación es fundamental. Nunca coloques tus plantas directamente sobre o muy cerca de fuentes de calor como radiadores, estufas o rejillas de ventilación. El calor directo es devastador. Buscá un lugar luminoso pero alejado de las corrientes de aire caliente.
Finalmente, ajusta el riego. Aunque el aire sea seco, el crecimiento de las plantas suele ralentizarse en invierno. Revisá siempre la humedad del sustrato antes de regar y hacelo solo cuando la tierra esté seca al tacto. El exceso de riego en invierno, combinado con el aire seco, es una receta para el desastre.
Con estos cuidados específicos, tus plantas de interior no solo sobrevivirán a la temporada de calefacción, sino que te seguirán brindando su belleza y vitalidad durante todo el invierno.