El campo magnético terrestre, esencial para proteger al planeta de la radiación cósmica, ha experimentado una notable evolución en los últimos once años, según revela un nuevo estudio basado en las mediciones de alta precisión de la misión satelital Swarm. Los datos, que cubren el periodo entre 2014 y 2025, confirman un debilitamiento generalizado y movimientos complejos en el corazón del planeta.
El fenómeno más destacado y de mayor impacto es la evolución de la Anomalía del Atlántico Sur (AAS), la región donde la fuerza del campo magnético es más débil. Según el análisis, la zona donde la intensidad cae por debajo de los 26.000 nanoTeslas (nT) se ha expandido en un 0.9% de la superficie terrestre.
Además, la intensidad mínima dentro de esta anomalía ha caído en 336 nT, pasando de 22.430 nT a 22.094 nT. La continua expansión de la AAS es un factor crucial que determina la dosis de radiación recibida por los satélites de órbita baja, despertando el interés de ingenieros y físicos espaciales.

El estudio también detectó cambios significativos en las regiones polares del norte, donde se encuentran los puntos de mayor intensidad:
- Canadá: El área de campo magnético fuerte (por encima de 57.000 nT) se redujo en un 0.65% de la superficie terrestre. La fuerza máxima del campo en esta zona disminuyó en 801 nT.
- Siberia: En contraste, la región de campo magnético fuerte creció en tamaño un 0.42% y su intensidad máxima aumentó en 260 nT.
Estos hallazgos proporcionan una visión detallada de cómo las dinámicas del núcleo terrestre (geodinamo) están impulsando la "variación secular" del campo magnético.
A nivel del límite núcleo-manto, se observó que los rasgos de flujo inverso bajo África meridional se movieron hacia el oeste, convergiendo con otros rasgos de flujo inverso que se mueven hacia el este bajo el Atlántico medio.
También se encontró un sorprendente movimiento hacia el este de las características del campo en latitudes bajas, específicamente bajo Indonesia y el Pacífico occidental.