Salud
Fentanilo contaminado: ya son 90 las víctimas fatales
Crece el número de muertos por la inoculación del opioide.Además de su polémico pasado, García Furfaro está envuelto en una serie de conflictos empresariales, entre ellos un proceso judicial por estafa en la adquisición del laboratorio HLB Pharma. La Justicia lo procesó por usar maniobras fraudulentas para comprar la compañía por menos de la mitad de su valor, incumpliendo pagos, usando cheques sin fondos y desatendiendo compromisos de deuda. La turbulenta trayectoria del empresario, que también incluye conexiones con figuras políticas, lo sitúa en el centro de esta oscura trama que ha costado la vida de decenas de personas y expone las irregularidades en el mercado farmacéutico.
Ya son 90 los fallecidos por la inoculación de fentanilo contaminado, producido por los laboratorio HLB Pharma y Ramallo, según informaron fuentes del caso a la agencia Noticias Argentinas.
En la investigación ya se incautaron más de 100 mil ampollas del opioide, al tiempo que el pasado viernes 8 de agosto se llevó a cabo un allanamiento en la clínica Vélez Sarsfield, en la provincia de Córdoba, donde se secuestraron historias clínicas.
El procedimiento fue ordenado luego de la notificación de cuatro casos en el nosocomio cuando se habrían usado 1.693 ampollas contaminadas.
Dicha institución médica había estado en el centro de la polémica en las últimas semanas debido a que un bebé recién nacido resultó intoxicado con fentanilo.
Los investigadores tratan de determinar la trazabilidad de los decesos.
El oscuro dueño K del laboratorio del fentanillo contaminado
Ariel García Furfaro, dueño del laboratorio, junto a sus dos hermanos, su madre y abuela, figuran entre las 24 personas sospechosas para el juez Kreplak de tener agún tipo de relación en la elaboración y venta del fentanilo mortal y que tienen una inhibición de bienes y la prohibición de salir del país.
Condenado a prisión por intento de homicidio, se graduó de abogado en el penal Melchor Romero y, al menos hasta el año pasado mantenía relaciones con dirigentes kirchneristas, sindicalistas y ex funcionarios, como la ex mandataria Cristina Fernández de Kirchner a quien visitaba en el Instituto Patria.
Cuando salió de la cárcel, se puso una verdulería en Flores y mágicamente de ahí, ingresó al mercado masivo de los medicamentos, pero su arribo fue turbulento y problemático. Compró la compañía que ahora está cubierta por la oscura trama del fentanilo contaminado, pero nunca completó el pago del precio convenido en el contrato.
El traspaso de manos del laboratorio HLB Pharma, investigado por la muerte de por lo menos 76 personas que recibieron dosis de ese anestésico en diferentes clínicas u hospitales, terminó con García Furfaro procesado por estafa. El proceso de transferencia se inició en 2017.
En su breve pero intenso recorrido empresarial regó de causas los tribunales de fueros penales y civiles, nacionales y provinciales.
La Justicia lo procesó porque consideró que García Furfaro promovió una profusa lista de maniobras fraudulentas para quedarse con el laboratorio del fentanilo adulterado, por menos de la mitad del valor convenido. Todo el engaño fue doloso, porque sabía que no tenía el dinero para comprar la compañía con sede en la avenida Tomkinson, de Beccar, San Isidro.
El empresario ya había anclado parte de sus negocios en la producción medicinal. Era dueño de Laboratorios Ramallo, una firma que se constituyó con aportes de ex socios de Apolo, conocida por el incidente en el que volaron sus instalaciones en el centro de Rosario. Ramallo tenía apenas 12 certificados y comercializaba fármacos de baja inserción en el mercado. Con su familia ya administraba la droguería ABC 1.
Según se constató en un proceso judicial por estafas cuyo auto de procesamiento pudo ver Clarín, el empresario ofreció U$S 1.000.000 para adquirir todas las acciones de la sociedad, pero sólo abonó U$S 400.000. Pagó con cheques de una cuenta sin fondos, postergó la liquidación de pagos estipulados en un convenio e incumplió con dos adendas en las que se convino entregar, como parte de la operación, autos de alta gama y un lote en San Isidro.
HLB Pharma pertenecía a su fundador, Hernán López Bernabó, y estaba en convocatoria de acreedores, con deudas y con operarios en conflicto. La operación fue una parte al contado y después con 11 cheques por distintos montos, de chequeras pertenecientes a la Droguería ABC1.
El vendedor cedió las acciones a cambio, también, de que se hiciera cargo de U$S 3.000.000 de deudas con acreedores y los salarios adeudados al personal. El convenio establecía la transferencia a López Bernabó de los automóviles a nombre de HLB Pharma y un terreno frente al laboratorio, ubicado en Av. Tomkinson 2054, San Isidro, cuando esos bienes ya tuvieran levantados los embargos.
Los compromisos comenzaron a incumplirse. Primero porque los cheques empezaban a “rebotar” por falta de fondos. Después, porque se asumían otros pactos que tampoco se cumplían. Y luego, porque García Furfaro dejó de contestarle las llamadas y también las cartas documento.
En marzo de 2021 -con cuatro años de dilaciones y disputas- López Bernabó llevó el caso a la Justicia penal. Lo acusó de haberlo estafado y se presentó en el Juzgado Criminal y Correccional Nacional N° 25, a cargo de Fabiana Palmaghini.
El proceso pasó por varias instancias y el acusado tuvo chances de declarar tres veces. Argumentó, entre otras cosas, que hizo la compra “prácticamente sin poder ver el laboratorio porque se hallaba tomado por sus empleados debido a la grave situación económica”.