El fenómeno de El Niño se perfila para impactar el clima de Mendoza en los próximos meses, trayendo consigo un panorama que se diferencia de sus efectos habituales en otras regiones del país. Según los últimos informes del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) y las proyecciones de expertos, el invierno de 2025 en la provincia se caracterizará por ser más templado y seco de lo normal.
Contrario a lo que podría esperarse en el centro y noreste de Argentina, donde El Niño suele generar un aumento significativo de las precipitaciones, en Mendoza, y en general en el sur de Cuyo y el noroeste de la Patagonia, se anticipa una menor cantidad de lluvias y nevadas de lo habitual. Esto es un punto crucial para una región que depende en gran medida de la acumulación nívea en la cordillera para sus reservas hídricas.
Consecuencias climáticas clave
Temperaturas por encima del promedio: se espera que las temperaturas medias durante el invierno estén por encima de lo normal, lo que resultaría en un invierno más suave y menos riguroso.
Menos precipitaciones y nevadas: la principal preocupación para Mendoza es la proyección de lluvias y nevadas por debajo de los valores normales. Esto podría tener implicaciones directas en el caudal de los ríos y la disponibilidad de agua para el consumo y la agricultura en los meses posteriores.
Impacto en la cordillera: si la tendencia de menor cantidad de nevadas se mantiene, el derretimiento de nieve podría ser menor, afectando el equilibrio hídrico de la región.
Aunque los modelos climáticos actuales indican una alta probabilidad de condiciones neutrales en la región clave del Pacífico (Niño 3.4), la influencia de El Niño, o un comportamiento climático influenciado por él, se manifestaría con estas particularidades en Mendoza.