De marca al arte
Cuando el tatuaje recupera la piel y la autoestima
La micropigmentación de cicatrices y marcas de la piel puede tener un importante valor emocional y psicológico.Estos tatuajes se utilizan para suavizar y disimular cicatrices (como las de una mastectomía), estrías y manchas de vitíligo, entre otras marcas. La micropigmentación, una técnica clave en este campo, permite igualar el color de la piel o recrear detalles como areolas y pezones, logrando un efecto tridimensional. La American Cancer Society, incluso, avala esta práctica post-mastectomía.
Aunque pueda parecer una cuestión de vanidad, las cicatrices impactan profundamente la percepción personal y la autoestima. Atenta a esta necesidad, Sel Gerardi comenzó a investigar y aplicar esta técnica en 2020. Con experiencia en el cuidado de heridas y el apoyo de su hermano tatuador, Sel invirtió en su formación para dominar la técnica.
Sel enfatiza la importancia de elegir las tintas y pigmentos correctos, adaptándolos al fototipo de piel y al tipo de cicatriz (no es lo mismo una cicatriz de cesárea que una estría, por ejemplo). Su trabajo es meticuloso y requiere paciencia, ya que los resultados finales se aprecian después de semanas de curación.
El valor de la micropigmentación trasciende lo estético, ofreciendo un profundo impacto emocional y psicológico. Ayuda a las personas a recuperar la confianza, a cerrar capítulos dolorosos y a dejar atrás traumas asociados a sus marcas. Como explica Sel, el simple hecho de poder usar una prenda de ropa o sentirse cómodas en la intimidad, transforma la vida de muchos de sus clientes.
Hasta no hace mucho, los tatuajes, o mejor dicho, las personas tatuadas eran asociadas a la marginalidad o a los outsiders. Con el tiempo, las personas se empezaron a familiarizar con este tipo de arte y hoy por hoy es casi imposible encontrar a una persona que no tenga al menos un tatuaje.
Lo que empezó como una expresión artística fue mutando en diferentes maneras y dentro de este curioso universo surgió una nueva clase de tatuaje que, en algunos lugares, les llaman “terapéuticos”. Se llaman así porque ayudan a recuperar la belleza de la piel y la confianza de la persona, ya sea con dibujo artístico o eliminando marcas al reconstruir el color de la piel.
Un tatuaje terapéutico o cosmético puede ayudar a suavizar y disimular cicatrices, estrías y manchas de vitíligo, entre otras cosas. Por ejemplo, las personas que se han sometido a una mastectomía, una cirugía en la que se extirpa una o ambas mamas, generalmente para tratar o prevenir el cáncer de mama, pueden resultar con importantes marcas en la piel.
En ocasiones, este procedimiento puede implicar la extracción completa de la mama, incluyendo el pezón, la areola y la piel, o puede preservar algunas de estas estructuras
Se trata de una práctica bastante habitual, de hecho la American Cancer Society afirma que tras la mastectomía y en la etapa de reconstrucción del pezón y la aureola, “algunas mujeres optan por solo tener el tatuaje, sin la tejido reconstrucción del pezón y la areola. Es posible que un cirujano plástico especializado u otro profesional pueda utilizar pigmento en tonos que haga que el tatuaje luzca tridimensional.
Aunque parezca vanidad, las cicatrices, independientemente del lugar donde se encuentren, pueden afectar cómo las personas se ven a sí mismos y cómo creen que los demás los perciben. Esto puede tener un impacto en la autoestima y la confianza.
Atenta a esta necesidad, en 2020 en plena pandemia de coronavirus Sel Gerardi comenzó a investigar sobre esta técnica para tapar marcas en la piel y mejorar la apariencia de cicatrices, estrías y manchas. Sel además corría con un poco de ventaja, por un lado había trabajado en un centro ortopédico donde se dedicaba al cuidado de heridas complejas y úlceras y por el otro, su hermano ya era un tatuador experimentado.
Sel usó todo el dinero de su indemnización para hacer un curso online en un sitio de Colombia. Eran tiempos de pandemia y la educación de cualquier tipo y origen se había “mudado” a la esfera virtual.
“Hicimos todo una investigación sobre tintas y pigmentos. No podes tapar una cicatriz de cesárea con las mismas tintas que un tatuaje. Sino una cicatriz de cesárea con el tiempo se puede poner verdosa o amarilla. Que por ahí pasa con los pigmentos de micropigmentación, que como no son para siempre, como los tatuajes, cambian de color y ahí es cuando aparecen esas cejas verdes, azules, rojas”, explicó.
Sel explica que antes de hacer un trabajo tiene en cuenta dos factores muy importantes: el fototipo de la piel y los pigmentos que debe mezclar para que el resultado sea natural y se vea orgánico.
“Si después de una cirugía o un accidente una cicatriz queda marrón, la llevo al color de la piel hasta que no se nota. En el caso de las estrías, que son blancas, las llevo al color de la piel. En el caso de los pezones lo que puede pasar es que queden asimétricos, uno más chico que el otro o de un color distinto, por ejemplo. Lo que hacemos es copiar el color, el tamaño, la sombra, para que se vea más armonioso”, explicó.
Sel tiene años de experiencia en la micropigmentación y sabe que cada trabajo es distinto del otro. No solo depende del lugar en el cuerpo donde esté sino también de la forma de cicatrización de cada persona y el tipo de piel que tenga.
“No es lo mismo oscurecer que tratar de aclarar y que quede del tono de tu piel. Muchas veces nos ha pasado aclarar y volver a oscurecer. Hay que esperar a ver el resultado curado. Tenés que esperar. A veces pueden ser 15 días, 20 o un mes”, explica.
La micropigmentación de cicatrices y marcas de la piel puede tener un importante valor emocional y psicológico. La finalidad de estos tratamientos es recuperar la confianza y darle fin a una experiencia, un trauma o una etapa de la vida.
"Me llegan muchos mensajes de chicas que me cuentan, por ejemplo, que se pudieron poner una remera corta después de años. Puede parecer absurdo. ¿Cómo te vas a cagar de calor por una cicatriz o una estría? Pero bueno, hay personas que tienen asociadas esas marcas con un trauma", explica.
Desde cicatrices en la cara hasta estrías en las piernas, Sel Gerardi recibe distintos casos en su consultorio de calle Espejo y España. Todos son iguales de importantes.
“Me acuerdo de una chica super joven que vino con una cicatriz en la cara. También de chicas que me cuentan que ahora se sienten mejor y se puede sacar la ropa o el corpiño en la intimidad. Es como borrar o suavizar un recuerdo de un mal momento”, cerró.