San Agustín

El Papa León XIV y su vínculo con Mendoza

El párroco Julio Ríos contó como fue su experiencia con Robert Prevost.
viernes, 9 de mayo de 2025 · 19:34

El flamante papa León XIV también tuvo su paso por Mendoza. Robert Prevost nació en Estados Unidos, pero desde muy joven forjó un estrecho vínculo con América Latina. Además de su trabajo como misionero en Perú, donde se nacionalizó, el Obispo de Roma tuvo contactos, entre tantas, con la parroquia San Agustín de la ciudad de Mendoza.

En dialogo con Todo Noticias, el párroco Julio Ríos contó como fue su experiencia con Prevost. “Hemos tenido la suerte de poder compartir con él cuando era superior general de la Orden de San Agustín”, dijo Ríos.

“Con un grupo de compañeros estábamos en la formación inicial, haciendo nuestra filosofía y estudiando teología, en preparación a recibir primero los votos religiosos y luego la ordenación sacerdotal”, recordó Ríos.

“Él nos visitaba regularmente y era una ocasión de mucha alegría para nosotros. Es así como lo viste, que ahora lo presenciamos por televisión. Es sencillísimo, humilde, un hombre muy bueno y fue muy cercano a nosotros”, recordó.

“Compartimos ratos de formación, de diálogo, de comidas. La verdad que no deja de sorprendernos verlo en esta situación, pero al mismo tiempo es una alegría”, agregó Ríos aun sorprendido. “Es un hermano. Compartimos una comunidad, vivimos de dos a o tres, compartimos el trabajo en la parroquia o en el colegio donde nos toque”, explicó sobre los agustinos.

El Monacato San Agustín

La tradición monástica aceptada por los eremitas en 1244 tiene sus más tempranas raíces inmediatamente después de la conversión de San Agustín en Milán, cuando él y algunos de sus amigos regresaron a su nativa Tagaste, abandonaron sus posesiones y comenzaron una vida de oración y estudio como «siervos de Dios»:

Tú, Señor, conformas a los hombres mentalmente para vivir en una casa… Juntos estábamos, y juntos, pensando vivir en santa concordia, buscábamos un lugar más a propósito para servirte y juntos regresábamos a África (Conf. IX, 8).

Ordenado sacerdote en el 391, Agustín consiguió un huerto en Hipona donde mandó construir un monasterio para su comunidad de hermanos. Más tarde escribió la Regla, inspirada en la comunidad cristiana de Jerusalén:

Ante todo, vivid en la casa unánimes, teniendo una sola alma y un solo corazón orientados hacia Dios (I, 2).

Cuando le consagraron obispo de Hipona eligió residir en su casa episcopal, pero continuando la vida comunitaria con su clero. Más tarde erigieron, dentro de la ciudad, un monasterio para mujeres, constituyendo así tres formas de vida religiosa agustiniana: masculina, que abarca religiosos laicos y clérigos, y la femenina.