Sensores hiperespectrales del proyecto PACE de la NASA descifraron el misterio detrás del color turquesa en las aguas de la plataforma continental y las Islas Malvinas. El maravilloso color sería un indicador positivo del dinamismo del ecosistema marino.
Sólo visible desde el espacio, el fenómeno natural que constituyen millones de microorganismos agrupados en extensas áreas fue registrado por tecnología de punta en los satélites.
Estos microorganismos fotosintéticos, esenciales para la vida oceánica, desempeñan un rol crucial al actuar como los "pulmones" de nuestro planeta, siendo responsables de la producción de aproximadamente la mitad del oxígeno que respiramos.
El fitoplancton se sitúa en la base de la cadena trófica marina, sirviendo como fuente primaria de alimento, directa o indirectamente, para una vasta diversidad de animales marinos. Su existencia es fundamental para la vida marina tal como la conocemos hoy; sin él, los ecosistemas oceánicos serían radicalmente diferentes, informó NA.

La observación de estas floraciones desde el espacio proporciona información invaluable sobre la salud de los océanos y los efectos del cambio climático. El seguimiento continuo de estos eventos a lo largo del tiempo se convierte en una herramienta crucial para comprender las dinámicas ambientales a gran escala.
El llamativo colorido que se aprecia en la superficie marina durante estas floraciones es atribuible a los cocolitóforos. Estos organismos microscópicos se caracterizan por su cubierta de carbonato de calcio, la cual tiene la propiedad de reflejar la luz solar, tiñendo el agua con un distintivo tono turquesa.
Estas floraciones suelen ocurrir bajo una combinación específica de condiciones ambientales favorables, incluyendo temperaturas adecuadas, abundante luz solar y una alta concentración de nutrientes.
En la región austral donde se observa este fenómeno, la corriente de las Islas Malvinas juega un papel determinante. Esta corriente transporta aguas frías y ricas en minerales desde las latitudes más australes, creando así el ambiente propicio para el florecimiento del fitoplancton.
La NASA ha decidido mantener una vigilancia activa de la zona, empleando tecnología de vanguardia, ya que estos sucesos pueden ofrecer datos valiosos sobre los cambios ambientales en curso.