A pocos días de las celebraciones de fin de año, una denuncia vecinal ha puesto bajo la lupa en comercios de Luján de Cuyo. Según un vecino, un cotillón está comercializando pirotecnia sonora de manera ilegal, sorteando los controles municipales a través de un sistema de ventas privadas y entregas coordinadas.
El denunciante asegura que el mecanismo consiste en establecer contacto con los potenciales clientes a través de redes sociales o mensajes directos. Una vez concretado el pedido, se acuerda un punto de encuentro específico para realizar la entrega del material, evitando así exhibir los productos en las góndolas del local y reduciendo el riesgo de ser detectados durante las inspecciones rutinarias de las autoridades.
Es importante recordar que en Luján de Cuyo y en varios departamentos de la Provincia está prohibida la venta de pirotecnia. Esta medida no es arbitraria, sino que responde a una necesidad de convivencia y salud pública que se ve vulnerada cada vez que se infringe la ley.
El uso de estos artefactos genera consecuencias negativas que la comunidad ha buscado erradicar durante años. Los expertos destacan tres áreas principales de afectación:
- Personas con hipersensibilidad sensorial: Para los niños y adultos con Trastorno del Espectro Autista (TEA), los estruendos de la pirotecnia no son un festejo, sino una fuente de dolor físico y crisis de ansiedad severas.
- Bienestar animal: Las mascotas poseen una capacidad auditiva mucho más aguda que la humana. Las detonaciones les provocan taquicardia, desorientación, ataques de pánico y, en muchos casos, huidas desesperadas que terminan en accidentes viales o pérdidas permanentes.
- Riesgos físicos y accidentes: La manipulación de pirotecnia, especialmente aquella vendida sin controles oficiales, es la principal causa de quemaduras graves, lesiones oculares y amputaciones durante las fiestas. Además, aumenta drásticamente el riesgo de incendios en viviendas y zonas arboladas.