El revés en la Cámara de Senadores parece no haber alterado las intenciones del Gobierno de convocar a los gobernadores aliados para retomar el vínculo, ordenar el discurso oficial y sumar adhesiones a su intención de vetar o judicializar la sesión.
El jueves, el Poder Ejecutivo vio por televisión como la oposición logró aprobar el aumento del bono jubilatorio, la prórroga de la moratoria previsional y la emergencia en Discapacidad, pero también la reforma de la coparticipación y el rechazo del veto al fondo de emergencia para Bahía Blanca en una sola jornada.
Sin embargo, detectaron gestos de los mandatarios provinciales que hasta entonces se nucleaban bajo el paraguas de Juntos por el Cambio, luego de que bajaran la orden a sus senadores de ausentarse o abstenerse en el tratamiento de los proyectos -que contaban con media sanción en Diputados- y ponen en jaque el equilibrio fiscal.
En una clara muestra de buena voluntad, cuatro mandatarios provinciales dialoguistas hicieron un paréntesis en los insistentes reclamos por fondos coparticipables que unieron a los 23 gobernadores y el jefe de Gobierno porteño e intentaron desarticular la sesión.
Alfredo Cornejo, Rogelio Frigerio (Entre Ríos) y Leandro Zdero (Chaco) aportaron cinco ausencias (los dos mendocinos Mariana Juri y Rodolfo Suárez, los dos entrerrianos Alfredo De Ángeli y Stella Maris Olalla, y el chaqueño Víctor Zimmermann) e Ignacio Torres ordenó a sus dos senadoras Andrea Cristina y Edith Elizabeth Terenzi que se abstengan de votar -a excepción de la Ley de Emergencia en Discapacidad-.
De esa forma, cumplieron con lo anticipado: solo respaldaron los proyectos que proponen la distribución de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN) y del impuesto a los combustibles.
Lo cierto es que el vínculo con las provincias preocupa a un sector del Gobierno con la mira hacia el futuro, a tal punto que el tópico fue incluido en el temario abordado en la pasada reunión de Gabinete del jueves.
Con la intención de recuperar la sintonía, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, tiene la misión de convocar a los aliados a un nuevo encuentro que está en los planes en el corto plazo, pero que aún no tiene fecha programada, en el que se espera la participación -aunque exprés- del mandatario.
Esta mañana, el titular de ministros mostró una vez más su habilidad para acercar posiciones, incluso cuando la tensión escala, y no solo desestimó que “esté todo roto”, sino que dejó en claro que “siempre hay posibilidades de conversar”.
“Con algunos vamos a tener acuerdos electorales. Las posibilidades de conversación están siempre abiertas”, planteó en declaraciones radiales, y añadió: “No todos los gobernadores son lo mismo. Hay gobernadores que se dedican a gastar y otros que son más serios en la administración de los recursos públicos”.
Los dichos del funcionario traducen la voluntad que sobrevuela en Balcarce 50 de recuperar aliados en un contexto desfavorable para el oficialismo.
Es que como contó anteriormente la Agencia Noticias Argentinas, Milei supo detectar incongruencias en los mensajes a las provincias cuyas interlocuciones llevan Eduardo “Lule” Menem, alfil de la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, y el asesor presidencial, Santiago Caputo, y quiere poder aclararlo en primera persona, además de retomar el vínculo con las provincias dialoguistas.
“Palo y zanahoria”, sintetizó una importante voz libertaria con acceso al despacho presidencial sobre la relación del Ejecutivo con las provincias, después de que el mandatario arremetiera contra los gobernadores “independientemente del color político”.