Tony Alvin Ables, quien también se hacía llamar de otras maneras, es un asesino serial de Estados Unidos que mató a un hombre cuando era menor de edad y a tres mujeres, aunque sólo recibió prisión perpetua por dos de esos crímenes, pero en el primero se vio beneficiado por la libertad condicional.
Nacido el 28 de diciembre de 1954 en San Petersburgo, Florida, Ables cometió sus homicidios entre 1970 y 1990 y las víctimas eran de diferentes edades.
Entre los nombres falsos que usó para acercarse y luego matar a esas personas figuraban “Thadaisis Gordon”, “Michael Jones” y “James Selbey”.
El "debut"
El primer asesinato lo cometió en 1970 cuando tenía apenas 15 años y fue durante un robo en la ciudad donde había vivido hasta ese momento.
Ables fue rápidamente detenido y en marzo de 1971 fue condenado a cadena perpetua (en este caso equivalente a 25 años) por homicidio en primer grado.
En 1983, tras cumplir 12 años en una cárcel estatal, fue puesto en libertad condicional y consiguió un empleo como obrero.
5 meses después de ser liberado
Pese a tener empleo, su ola de crímenes no cesó y cinco meses después de ser beneficiado, el 25 de junio, rompió la ventana de un departamento y mató a Adeline McLaughlin, de 83 años, una viuda jubilada de Worcester, Massachusetts.
El por ese entonces múltiple homicida sofocó a Mc Laughlin con una almohada y luego desvalijó el domicilio de esta mujer que era muy querida por los vecinos y cuyo crimen provocó una gran conmoción.
Asesino serial
El 14 de febrero de 1987, día de San Valentín, Ables violó y mató a su novia, Deborah Kisor, de 31 años, oriunda de Monterrey, California.
Kisor fue vista por última vez un día antes cuando llamaba desde un teléfono público frente de un edificio.
La mujer fue hallada por una persona que pasaba por un camino cerca del puente del Parque Roser y su cuerpo, vestido sólo con una blusa y un saco, tenía moretones en las piernas. Además, al lado fue encontrado un jean azul.
Ables, a pesar de la relación amorosa que tenía con la víctima, no fue detenido en ese momento como sospechoso del asesinato.
Mata a otra novia
Tras el crimen, Ables volvió a ponerse de novio, pero el 4 de junio de 1990, cuando estaba borracho, discutió con su nueva pareja y compañera de piso, Marlene Bruns, de 48 años.
En un momento determinado, el homicida la empujó por las escaleras, luego la golpeó y la pateó hasta matarla.
Al salir del departamento, mientras se limpiaba la sangre de las manos, Ables fue visto por testigos, quienes ya habían alertado a la Policía por una pelea en el domicilio.
Cuando llegaron los uniformados detuvieron de manera inmediata al, a esta altura, asesino serial y hallaron el cuerpo tendido en el piso de la mujer.
Ables fue acusado de asesinato en primer grado y quedó arrestado sin fianza en la cárcel del Condado de Pinellas.
El criminal fue enjuiciado por el asesinato de Burns y sentenciado a morir en la silla eléctrica, pero dos años después, el juez Bob Barker conmutó la sentencia por cadena perpetua, debido a que el acusado padecía problemas de salud mental.
Este diagnóstico fue confirmado por su hermano, Anthony, quien dijo que su agitada infancia, en la que su padre abusó de su madre hasta el punto en que ella abandonó a la familia, definitivamente fue un factor contribuyente.
Los crímenes de McLaughlin y de Kisor quedaron sin resolver y parecía que no se iba a encontrar al autor de los mismos.
Sin embargo, en 2006, cuando detectives de homicidios enviaron el ADN de Ables al Departamento de Aplicación de la Ley de Florida, el mismo coincidió con evidencia descubierta en los cuerpos de ambas mujeres.
El asesino serial no fue acusado del crimen de Kisor, ya que mantenían una relación sentimental, pero las autoridades consideraron el caso cerrado.
De todas maneras, Ables fue fichado por el homicidio de McLaughlin, pero todavía no hubo juicio por el mismo.
Hasta el día de hoy, se ha negado a hablar con la policía respecto a sus crímenes.
Por eso el mayor de la policía Michael Puetz remarcó que existe una gran posibilidad de que Ables sea responsable de otros crímenes, con los que aún no se lo ha relacionado.