Movilizaron cerca de 200 infantes de marina a Florida para brindar apoyo administrativo y logístico a las redadas de control migratorio en este estado del sureste de Estados Unidos. Este envío de tropas es el primero de varios solicitados por el Departamento de Seguridad Nacional para ayudar a la agencia de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en la ofensiva contra la inmigración irregular, una prioridad en el segundo mandato del presidente Donald Trump, informó el portal DW.
El secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, aprobó movilizar hasta 700 soldados, con despliegues adicionales previstos en los estados sureños de Luisiana y Texas, informaron las autoridades.
Los infantes de marina “se centrarán en tareas administrativas y logísticas, y tienen específicamente prohibido tener contacto directo con personas bajo custodia de ICE o participar en cualquier aspecto de la cadena de custodia”, indicó en un comunicado el Comando Norte de Estados Unidos.
A principios de esta semana, Trump visitó un nuevo centro de detención de migrantes en Florida conocido como “Alcatraz de los caimanes”, con capacidad para hasta 1.000 personas.
La movilización de tropas ocurre un mes después de que el líder republicano enviara 4.000 miembros de la Guardia Nacional y 700 infantes de marina a Los Ángeles, California, en respuesta a las protestas contra las redadas de inmigración del ICE.
En tanto, el primer grupo de inmigrantes detenidos llegó al nuevo centro de detención en los Everglades de Florida, conocido como “Alcatraz de los Caimanes”, en medio de las deportaciones masivas del presidente estadounidense Donald Trump contra inmigrantes indocumentados, informaron medios locales.

“Los detenidos comenzaron a llegar anoche”, declaró Tricia McLaughlin, subsecretaria del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, en un comunicado, citado por Columbia Broadcasting Corporation.
Asimismo, añadió: “Estamos trabajando a toda máquina en formas rentables e innovadoras para cumplir con el mandato del pueblo estadounidense de deportar masivamente a inmigrantes indocumentados delincuentes. Ampliaremos las instalaciones y el espacio para camas en tan solo unos días, gracias a nuestra colaboración con Florida”, informó la agencia Xinhua.
El centro se construyó en tan solo ocho días: con más de 200 cámaras de seguridad, más de 8.500 metros de alambre de púas y 400 agentes de seguridad, tendrá capacidad para unos 3.000 detenidos cuando esté en pleno funcionamiento, declaró el gobernador de Florida, Ron DeSantis.
Grupos ambientalistas presentaron una demanda para detener la construcción del nuevo centro de detención de inmigrantes, argumentando que las autoridades de Florida y el gobierno federal violaron las regulaciones ambientales en su apresurada construcción, según informó el New York Times.
Defensores de los derechos humanos y tribus indígenas estadounidenses también protestaron contra el centro, argumentando que pone en peligro el delicado ecosistema de los Everglades, somete a los detenidos a duras condiciones debido al calor extremo y las infestaciones de mosquitos, y ocupa tierras de significado sagrado para las tribus.