El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, despidió hoy a Elon Musk de su cargo al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), una iniciativa que generó gran controversia. Musk regresará a sus negocios privados en Tesla, SpaceX y X, tras una reunión en la Oficina Oval donde Trump le agradeció su rol en la transformación gubernamental.
Trump le atribuyó a Musk un "cambio colosal en las viejas formas de hacer negocios en Washington", destacando su impacto en la administración. Aunque parte del personal de Musk permanecerá, su gestión en el DOGE fue dolorosa para miles de empleados federales despedidos o expulsados de sus puestos.
La gestión de Musk incluyó la eliminación de importantes funciones gubernamentales, como la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), lo que, según investigadores, ha provocado la pérdida de cientos de miles de vidas y ha puesto en el centro de la polémica el impacto humanitario de las políticas del DOGE.
En un gesto de reconocimiento, Trump obsequió a Musk una "llave dorada", un presente que solo concede a "personas muy especiales", por su "gran trabajo" en la misión principal del DOGE: "despedir a trabajadores federales y cerrar agencias gubernamentales para ahorrar costes".
Musk expresó su deseo de "seguir brindando asesoramiento siempre que el presidente lo desee", y Trump anticipó que Musk "estará yendo y viniendo" y que "probablemente querrá vigilar a su bebé".