El último reporte del Observatorio de Tarifas y Subsidios del IIEP (UBA-Conicet) mostró un cambio en el ranking provincial de las facturas de electricidad. Hasta mediados de 2025, Mendoza figuraba entre las tres provincias con los valores más altos del país. Sin embargo, al mes de septiembre salió de ese podio, lo que refleja una recomposición relativa frente a otras jurisdicciones.
El análisis toma como referencia un consumo mensual de 265 kilovatios hora por hogar, con impuestos incluidos y sin descuentos. Con esa base de comparación, se observa que provincias que antes estaban por debajo de Mendoza en la escala pasaron a mostrar facturas más elevadas.
El cambio se explica por distintos factores: la evolución del Valor Agregado de Distribución (VAD) autorizado en cada distrito, los impuestos que se aplican sobre el servicio y la periodicidad con que se actualizan los cuadros tarifarios. Estos elementos, de carácter local, generan notables diferencias en el costo final de la energía para los usuarios residenciales.
Los montos y la dispersión entre provincias
La dispersión tarifaria es amplia en todo el país. La factura promedio nacional para un hogar de altos ingresos (N1) es de $66.349, mientras que para los usuarios de ingresos bajos (N2) asciende a $40.524 y para los de ingresos medios (N3), a $47.162.
En ese marco,Mendoza se reacomodó en una posición intermedia. Los hogares de altos ingresos pagan, en promedio, una factura 1,6 veces superior a la de los hogares de bajos ingresos, y 1,4 veces más alta que la de los de ingresos medios.
La estructura de las facturas también varía según el nivel de ingresos. Para un usuario N1, la cuenta se compone en un 37% de energía, 38% de VAD y 25% de impuestos. En cambio, en los usuarios N2, el peso del VAD llega al 56%, con apenas 19% correspondiente a la energía. En el segmento N3, la proporción es de 35%, 40% y 25%, respectivamente.
Razones detrás del reacomodamiento
El Observatorio remarca que la comparación entre provincias debe leerse con cautela. La dispersión tarifaria responde no solo a la estructura de costos del servicio de distribución, sino también a decisiones regulatorias provinciales y municipales, diferencias en las redes, costos de operación y mantenimiento, así como la carga impositiva específica de cada jurisdicción.
En el caso de Mendoza, la salida del grupo de provincias con facturas más caras se vincula a la dinámica de actualizaciones en otras regiones, que avanzaron con incrementos más fuertes durante 2025. De esta manera, mientras la provincia mantiene valores altos en relación con el promedio, ya no se ubica en el nivel más elevado del país.
El informe agrega que, aunque los subsidios nacionales inciden en el precio mayorista de la energía, el componente local del VAD y la carga impositiva son determinantes en la factura final. Por eso, dos hogares con consumos similares pueden pagar montos muy distintos según dónde residan.