Del interior productivo se extrajeron U$S 200 mil millones
Lo dijo Fernando Vilella, ex secretario de Agricultura de Milei. Se refiere a las retenciones del sector agroindustrial. Llegó a Mendoza a participar del sexto seminario sobre bioeconomía organizado por la Cátedra de Economía y Política Agraria y Ambiental de la Facultad de Ciencias Agrarias.
Fernando Vilella, ex secretario de Agricultura, denunció que las retenciones han "robado" 200 mil millones de dólares al interior productivo argentino en 20 años, impidiendo la reinversión y el desarrollo local.
Vilella enfatiza que la bioeconomía, a la que llama la "vaca viva", es clave para Argentina. Representa más del 70% de las exportaciones, genera 3 millones de empleos y un superávit comercial de más de 30 mil millones de dólares, superando ampliamente a sectores como petróleo y minería. A pesar de esto, no hay políticas adecuadas para este sector vital.
Para que la bioeconomía crezca, Vilella destaca cuatro puntos clave: estabilidad macroeconómica y consensos, políticas estables que no cambien con cada gobierno, un sistema impositivo que apoye al sector (no como el actual -25% de apoyo), e inversión en investigación, desarrollo y apertura de mercados internacionales.
Por su parte, Nicolle Pisani Claro de FADA, reveló que una gran parte del precio final de productos como la carne (25%), el pan (24%) y la leche (26%) son impuestos. Destaca que las cadenas agroindustriales aportan el 23% del PBI y generan 4 millones de empleos, resaltando la importancia de reactivar el sector para la economía.
“En los últimos 20 años se extrajeron del interior productivo 200 mil millones de dólares”, afirmó Fernando Vilella, ex secretario de Agricultura del gobierno de Javier Milei quien llegó a Mendoza a disertar sobre El futuro de la bioeconomía y la producción agroalimentaria argentina y ambiente en el marco del sexto seminario sobre bioeconomía organizado por la Cátedra de Economía y Política Agraria y Ambiental de la Facultad de Ciencias Agrarias.
Vilella afirma que a los territorios del interior se les ha robado 200.000 millones de dólares en 20 años a partir del pago de impuestos distorsivos como las retenciones, que además hacen menos competitivo al país. “Cuando le sacaste esa plata a los territorios, lograste que los capitales no reinvirtieran en agregar valor, en generar circuitos de riqueza”.
Vaca viva
Vilella caracterizó la relevancia que tiene la bioeconomía en la economía Argentina, implica más del 70% de las exportaciones, genera más de 3 millones de puestos de trabajo y es uno de los tres sectores con balance positivo de divisas, 10 veces superior al segundo y tercero. También destaca que el saldo entre importaciones y exportaciones deja una balanza comercial positiva de más de U$S 30 mil millones.
El sector agroindustrial incluye oleaginosas y cereales, agricultura, ganadería y otro, bebidas y tabaco, por lo que está lo que genera el vino mendocino.
Fernando Vilella.
“Al sector agroindustrial le siguió petróleo y minería que lograron una liquidación neta de dólares por comercio de bienes de U$S 3.600 millones para el petróleo y le sigue minería con U$S 3.408 millones en el 2024, es 10 veces menos que el sector agroindustrial. Tenemos esta vaca viva, que así llamo a la bioeconomía, que sigue siendo 10 veces más importante que vaca muerta y que los minerales”, explicó Vilella.
El ex funcionario no duda en afirmar que no hay políticas y estrategias para el 90% de la gente de los territorios no relacionados con la energía o los minerales. Entonces quedan sin programas la bioeconomía, el turismo, la industria del conocimiento, las industrias culturales, etcétera y son las que generan trabajo y las que generan bienestar.
Lo que hace falta
Otro factor que considera importante destacar es que Argentina no ha tenido una política de inversiones que permita generar valor agregado. En este punto Vilella señala cuatro aspectos clave.
El primero es tener una cierta estabilidad macroeconómica a lo largo del tiempo, para lo cual necesita concesos. En este sentido destaca que hay un camino que se está iniciando. Pero también señaló que con eso no alcanza porque es una condición necesaria pero no suficiente y agregó que hacen falta consensos que den certeza, que un inversor sepa que va a recuperar su capital en el mediano y largo plazo.
“Si vos haces una inversión a la que necesitas amortizar en 10, 15 o 20 años y después viene un gobierno que prohíbe exportar los productos que vos hacés, como ha ocurrido. Vemos entonces que hay inestabilidad de estrategias y de políticas, esto hay que resolver y el Congreso también tiene que estar activo en este punto”, afirmó Vilella.
El aspecto impositivo es otro tema relevante. El apoyo que tiene el sector agropecuario argentino con relación a los países de la OCDE es nulo. El Banco Interamericano de Desarrollo, informó que el apoyo en el resto de los países oscila entre el 5 y el 15%. En Argentina tenemos -25%. "Entonces, cada productor argentino para poder competir en los mercados mundiales arranca desde un -25 más, el 5 o el 10% de apoyo que tienen los otros. Si no sos al menos 35% más eficiente que los demás, no podés entrar", señaló Vilella.
La no inversión genera también costos ambientales, costos sociales, problemas en los suelos, en la pampa húmeda cada vez están más pobres de nutrientes y también influye no tener una ley de semillas que permite no pagar el derecho de propiedad intelectual a las a los semilleros que las obtienen, es un estímulo para generar nuevas variedades.
Falta mucho en inserción internacional, no hemos tenido una estrategia de ventas internacionales. Si la oferta va a aumentar, tenés que ir a abrir mercados. Me tocó como funcionario ir a Japón, Corea y China. A Japón hacía 10 años que no iban funcionarios.
Obviamente también hace falta desarrollar una visión múltiple que abarca desde los temas tecnológicos, hasta la sociedad del conocimiento. Todas las organizaciones que tienen que ver con el conocimiento, deberían estar involucradas en estas cuestiones. Argentina invierte muy poco en investigación y desarrollo. Habría que tener una estrategia y una política de formación de recursos humanos, de investigación y desarrollo de investigación asociado a la producción.
“Yo creo que la bioeconomía es parte de la solución, pero hay que agregar valor, hay que agregar producto y eso está a tono con exigencias que el mundo hace y en este sentido la huella ambiental es clave”, concluyó Vilella.
Precios e impuestos
Por su parte, Nicolle Pisani Claro, economista e investigadora de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA) indicó que en el precio de la carne, el 25% son impuestos, el 28% es costo de cría, el 21% se lo lleva la carnicería, el 2% el frigorífico y el 24% el feedlot. Dentro del 25% de impuestos, el 70,8% son nacionales, el 18,5% a impuestos provinciales, básicamente Ingresos Brutos, y el 6,7% a tasas municipales.
En el caso del pan el 24% corresponde a impuestos, el 65% le toca a la panadería, el 4% al molino y el 8% al trigo. Del 24% de los impuestos, el 78,9% son nacionales, el 18,6% provinciales y el 2,5% municipales.
Nicolle Pisani Claro, economista de FADA.
Finalmente en el caso de la leche, el 26% son impuestos, el 28% le corresponde al tambo, el 26% a la industria y el 20% al comercio. Del 26% de impuestos, el 79,8% son nacionales, el 16% provinciales y el 4,2% municipales.
Pisani indicó que cuando hablan de cadenas agroindustriales, lo hacen en sentido amplio, más allá de lo que ocurre en el campo. Es decir, hacen foco los insumos, la maquinaria, el campo, la industrialización, el transporte, la logística, el comercio mayorista y minorista, o sea, todos los eslabones.
De esa forma, Pisani afirma que la actividad económica de las cadenas agroindustriales aporta el 23% del PBI e implica unos 4 millones de puestos de trabajo. “Es por esto que es importante reactivar la economía porque también está el interés por la liquidación de los dólares que genera el sector”.
Lucio Rancez.
Destacó también que el año pasado se fueron de Córdoba 1.500 millones de dólares por derechos de exportación. “Si ese dinero se quedara en la provincia, año por año, podríamos tener otras inversiones como cinco plantas de bioetanol, 16 de biogas, molinos harineros, 50 granjas de cerdo o cinco frigoríficos porcinos”.
En el sexto seminario de bioeconomía, se puso el ejemplo testigo del clúster quesero de Tandil, el que pasó de 6 productores en 2013 a tener 20 hoy en día, los que han desarrollado valor agregado y marketing para poder instalarse a nivel nacional, indicó Lucio Rancez.