En diálogo con El Medio, Manuel Ponce, presidente de la Asociación de Empresarios Rodríguez Peña (Aderpe), describe el panorama económico que atraviesan las pequeñas y medianas empresas del área metropolitana. Desde la caída de la actividad hasta la falta de financiamiento, advierte que el escenario actual golpea con fuerza al entramado productivo y pone en riesgo cientos de puestos de trabajo.
—¿Cuál es el balance de tu primer año de gestión en Aderpe y qué objetivos tienen para el segundo semestre de 2025?
—Iniciamos la gestión a fines de diciembre de 2023, en paralelo al cambio de gobierno nacional, lo que implicó adaptarnos a un nuevo paradigma. Aderpe siempre tuvo un vínculo estrecho con lo político, pero nuestro primer desafío fue delimitar claramente la zona industrial, que venía siendo afectada por el avance urbano. Luego impulsamos la constitución de un órgano de gobierno, en diálogo con municipios y el gobierno provincial, para ordenar y desarrollar esa zona.
Ese fue el primer hito: redefinir y consolidar el área industrial en base a lo que establece la Ley 7639. En ese proceso nos encontramos con problemas muy concretos. Por ejemplo, empresas que no podían habilitarse porque estaban ubicadas dentro de la zona industrial pero el código urbanístico municipal las catalogaba como residenciales. O emprendimientos que querían radicarse, pero no sabían si contaban con los servicios básicos. Frente a esto, nuestro objetivo fue dar certezas.
Con este nuevo escenario político y la apertura económica, decidimos dar un giro. Sobre la base existente, hoy promovemos innovación, emprendimiento e internacionalización. Porque en un mercado tan competitivo, ya no alcanza con pensar en lo local. Si bien el anclaje provincial es clave, también necesitamos una visión global.
En ese sentido, definimos cuatro planes estratégicos:
Masterplan: heredado de la gestión anterior, nos permitirá actualizar la infraestructura según las necesidades actuales. Estamos relevando los problemas que enfrentan las empresas para radicarse y operar en la zona.
Plan de Desarrollo Industrial: parte del núcleo mendocino, pero sumará aportes de otros oasis productivos y parques industriales de la provincia.
Estrategia de Internacionalización: buscamos proyectar los productos y servicios de la zona a nivel nacional e internacional. Estamos diseñando una propuesta para que nuestras empresas trasciendan fronteras.
Capital Humano: frente al avance de las industrias 4.0 y 5.0, es indispensable alinear la formación técnica con las demandas empresariales. Estamos trabajando con el Ministerio de Educación y la Dirección General de Escuelas para ajustar las currículas de secundarios y terciarios.
—¿Consideras que las empresas mendocinas están preparadas para competir a nivel global?
—Algunos sectores, como el alimentario, muestran una competitividad destacable. En otros, falta modernización tecnológica. Para que crezcan, necesitamos liberar impuestos que hoy traban la importación de tecnología y actualización de procesos. También tenemos que fomentar que los empresarios se animen a nuevas inversiones y alianzas.
La economía argentina se está reconfigurando hacia tres grandes motores: el agroexportador, el de oil & gas —donde Mendoza participa con su porción de Vaca Muerta— y el minero. Con menor presión impositiva y menos barreras cambiarias y arancelarias, ingresarán capitales que hoy están frenados. Pero hay que acompañar esto con una reforma laboral que contemple la realidad de las empresas y, al mismo tiempo, resguarde los derechos de los trabajadores.
Mendoza tiene todas las condiciones para insertarse en esa transformación si trabajamos de forma coordinada y proyectando a largo plazo.