A dos años de gestión, Milei llega a las elecciones con inflación baja y economía frágil
Con una inflación que se desacelera y un superávit comercial sostenido, Milei enfrenta las urnas con logros macroeconómicos, aunque persisten desafíos en empleo, actividad y pobreza.
El PBI creció 6,3% interanual en el segundo trimestre, pero muestra señales de estancamiento en el corto plazo.. Foto: FOTO: (ARCHIVO) MARCELO CAPECE/ NA
Las elecciones legislativas serán un punto clave para el Gobierno, que medirá el respaldo social a su política económica tras dos años de gestión. El Ejecutivo exhibe como logro la fuerte desaceleración de la inflación, que pasó de niveles mensuales de dos dígitos a un rango del 2% al 3%, y una inflación interanual de 31,8% en septiembre.
En paralelo, el dólar oficial alcanzó los $1.515 en la previa de los comicios, tras un alza del 40% en seis meses. El PBI creció 6,3% interanual en el segundo trimestre, aunque mostró estancamiento frente al primer trimestre. La balanza comercial acumuló un superávit de USD 6.030 millones y la pobreza bajó al 31,6%, con una indigencia del 6,9%.
Sin embargo, se perdieron más de 100 mil empleos formales y el desempleo se mantuvo en 7,6%, reflejando los desafíos sociales que persisten más allá de la estabilidad macroeconómica.
Las elecciones legislativas serán una prueba de fuego para el Gobierno nacional, que conocerá a través de las urnas qué balance hace la población de los primeros dos años de gestión. Por supuesto, hay incontables variables a tener en cuenta al momento de votar, pero la economía aparece en un rol central y más aún en un gobierno liderado por un economista.
Para tener una idea clara de qué está pasando en el Gobierno y cómo llega Milei a las elecciones, El Medio realizó un balance de lo que está ocurriendo con la principales variables económicas.
Inflación
Uno de los logros que se adjudica el Gobierno nacional es el que tiene que ver con la inflación. Tanto el ministro de Economía, Luis Caputo, como el presidente Milei, han repetido en incontables oportunidades que lograron bajar el IPC de un presunto 17.000% anual (por el ritmo que traían los precios en los primeros meses de gestión) a los valores actuales, que rondan entre el 2% y el 3% mensual.
Lo cierto es que el ritmo inflacionario efectivamente disminuyó. La evolución mensual del IPC confirma una desaceleración de los incrementos de forma escalonada. De hecho, el último informe muestra que la inflación interanual registrada a septiembre fue de 31,8%, frente a un 33,6% de agosto, un 36,6% de julio y un 39,4% de junio, por citar algunos ejemplos.
La inflación anual se redujo al 31,8% en septiembre, según datos del Indec.
Por supuesto, es punto y aparte de la discusión de “a qué costo” se redujo la inflación. Los economistas opositores advierten que se logró a raíz de una profunda recesión, mientras que los especialistas más allegados al gobierno sostienen que se consiguió de manera “limpia”, sin mayores afectos adversos sobre la economía doméstica.
Tipo de cambio
Sin duda alguna, uno de los “campos de batalla” en la previa de las elecciones fue el dólar. El Gobierno hizo todo lo que estaba a su alcance para controlar el tipo de cambio al menos hasta el último día hábil antes de los comicios. ¿Lo consiguió? Depende del punto de vista. Es que, si bien logró mantener la cotización por debajo del techo de la banda, también es cierto que el valor de la moneda estadounidense se disparó en las últimas semanas.
Este viernes, en la última jornada previa a las elecciones, el dólar oficial llegó a $1.515, luego de varios días de mucha intensidad en materia cambiaria. En una mirada más de largo plazo, en los últimos seis meses el dólar oficial saltó de $1.080 a $1.515. La diferencia de punta a punta es de $435 por dólar y de 40,27%.
El “triunfo”, dentro de ese escenario de tensión, fue que hubo poco “pass through”, es decir poco pase a precios. Si bien la suba del tipo de cambio siempre impacta en la inflación, la incidencia en esta oportunidad fue relativamente baja en comparación a lo ocurrido en ocasiones anteriores. Sin ir más lejos, en la devaluación implementada por el propio Milei
PBI
Si hay un indicador que sintetiza todo lo que pasa en la economía, es el PBI. El Producto Bruto Interno representa el valor agregado bruto de todos los bienes y servicios que se producen en una economía. En otras palabras, es el tamaño que tiene la economía del país.
El PBI creció 6,3% interanual en el segundo trimestre, pero muestra señales de estancamiento en el corto plazo.
En este caso, el último dato disponible señala que el PBI creció 6,3% en el segundo trimestre de este año, en comparación con igual período del 2024 y registró una mejora del 6,1% en el primer semestre. Lo negativo, es que hubo una retracción del 0,1% en comparación a los primeros tres meses del año, lo que da cuenta de cierto estancamiento en el nivel de actividad.
Balanza comercial
El balance entre exportaciones e importaciones es otro indicador importante que merece ser mencionado, dado que refleja la capacidad del Gobierno de conseguir dólares de forma genuina, sin depender préstamos o refinanciamiento de deuda.
De acuerdo a los últimos datos publicados por el Indec, en los primeros nueve meses del año se registraron exportaciones por USD 63.533 millones, mientras que se realizaron importaciones por USD 57.503 millones, de donde se desprende que hubo un saldo positivo de USD 6.030 millones.
Si bien en algún momento la balanza “flaqueó” y corrió peligro de volverse negativa, en los últimos meses hubo un cambio de tendencia que resulta alentador para el Gobierno. Claro está, que en el medio hubo medidas extremas, como la baja o eliminación de retenciones para el campo.
Pobreza
Saliendo de la macroeconomía y pasando a los indicadores socioeconómicos, es momento de analizar qué pasó con los niveles de pobreza. De acuerdo con la última Encuesta Permanente de Hogares (EPH), en Argentina hay 29,9 millones de personas pobres, lo que representa al 31,6% de la población y al 24,1% de los hogares.La indigencia se redujo del 18,1% al 6,9% en el primer semestre del año.
El dato es celebrado por el Gobierno, considerando que los porcentajes bajaron sustancialmente en relación a un año atrás. Es que en el primer semestre del 2024 el índice de pobreza llegó al 52,9% y en 2023 superaba el 40%. No obstante, la mejora no quita el hecho de que uno de cada tres argentinos es pobre, por lo que aún queda mucho camino por recorrer.
La indigencia, por su parte, era de 18,1% en el comienzo del gobierno de Milei y bajó a 6,9% en el primer semestre de 2025.
Desocupación y empleo
El desempeño del mercado laboral es uno de los puntos más flojos del Gobierno de Milei, al menos en lo que respecta a la “economía tangible”. Desde que asumió el Presidente se perdieron más de 100 mil empleos asalariados formales en el país y crecieron los niveles de informalidad. Al mismo tiempo, el Indec informó que la tasa de empleo disminuyó el 44,8% en el segundo trimestre del 2024 al 44,5% en el mismo período de 2025. En ese mismo período se mantuvo el índice de desocupación, que permaneció en 7,6%, lo que significa que hay 1.091.000 personas desempleadas en la Argentina.
Si a ese número se le suman los ocupados demandantes de empleo (2.649.000 personas) se deduce que hay más de 3,7 millones de personas buscando activamente trabajo en el país. Mientras tanto, las expectativas de generación de puestos de trabajo son muy bajas y no parece cambiar demasiado el panorama para después de las elecciones.