Samanta Schweblin, la argentina que podría ser candidata al Nobel de Literatura 2025
"El buen mal" es su obra más vendida. Ahora tiene versión en audiolibro y es tema central en podcasts literarios.
Samanta Schweblin es una de las escritoras argentinas más populares del mundo y su nombre ya hace eco entre las candidatas al Nobel de Literatura 2025. El premio se entregará el 9 de octubre en Estocolmo y curiosamente Schweblin ya aparece en las listas de casas de apuestas y medios internacionales.
Las obras de la escritora han sido traducidas a más de 40 idiomas y recibieron premios como el Tigre Juan, el Konex y el National Book Award en Estados Unidos. En el año 2017, la revista británica Granta la colocó en su lista de los 22 mejores narradores en español menores de 35 años.
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Distancia de rescate, su primera novela, publicada por Penguin Random House, fue recreada por la plataforma Netflix en 2021, y también quedó como finalista del Premio Booker Internacional. Desde hace más de una década vive en Berlín, pero sus textos proyectan escenarios latinoamericanos que oscilan entre lo familiar y lo inquietante.
El Nobel de Literatura es otorgado cada año por la Academia Sueca a un autor o autora por el conjunto de su obra y, para la edición 2025, que se anunciará el 9 de octubre, resuenan nombres habituales como Haruki Murakami y Margaret Atwood, pero también escritores en español: la mexicana Cristina Rivera Garza, el español Enrique Vila-Matas y dos argentinos, César Aira y Samanta Schweblin.
"El buen mal", el último libro de Samanta Schweblin
Samanta Schweblin nació en Buenos Aires en 1978, estudió Diseño de Imagen y Sonido en la UBA antes de dedicarse por completo a la escritura. Publicó a los veinte años su primer libro de cuentos, "El núcleo del disturbio" y, a partir de allí, se convirtió en una de las voces más originales de la literatura argentina.
"El buen mal" es su obra cumbre y un éxito de ventas: ahora tiene versión en audiolibro y es tema central en podcasts literarios. A tres meses del cierre de la Feria, la inquietud que provocan sus relatos se expandió más allá del papel y todavía no se apaga.