La pelea de egos se adueñó del búnker del oficialismo: se enciende la interna
Los cánticos, los gestos y las ausencias en el triunfo de La Libertad Avanza y Cambia Mendoza marcan el ritmo de lo que se viene.
La alianza La Libertad Avanza + Cambia Mendoza se quedó con un contundente triunfo en las elecciones legislativas, pero los ruidos internos ya se empezaron a ver en pleno festejo en el búnker organizado en el Hotel Sheraton.
Desde la guerra de cánticos (a favor de Luis Petri, por un lado y de Alfredo Cornejo, por otro) hasta las gestualidades de los principales dirigentes dejaron en evidencia que la pelea por la sucesión del actual mandatario será feroz.
Para el ministro de Defensa y diputado nacional electo, Cornejo fue "el artífice de la victoria provincial" y aprovechó varias veces para abrazarlo en el escenario.
La respuesta del jefe de Estado fue mucho más tibia. No lo alabó y, en cambio, aclaró no solo fue Petri el que ingresó a la Cámara Baja, sino también Pamela Verasay, Álvaro Martinez y Julieta Metral.
La primereada del equipo de Petri
Apenas se subieron al escenario todos los dirigentes, fueron los "petristas" los que tomaron la delantera. "Borom bom bom, borom bom bom, Luisito Petri gobernador", se sintió en el salón.
También lo hicieron con una imagen en la pantalla más grande del lugar, en la que se podía ver las caras de Milei y de Petri agradeciendo el apoyo.
En su discuro, el funcionario mileísta se adelantó a lo que podría haber dicho Cornejo y, además, pidió que subieran al escenario los intendentes del Gran Mendoza que estaban presentes.
Sí lo hicieron, no con mucha simpatía, Marcos Calvente (Guaymallén), Diego Costarelli (Godoy Cruz) y Francisco Lo Presti (Las Heras), pero no así Ulpiano Suarez (Ciudad), a pesar de los reiterados llamados de Petri: "¿dónde está Yayo que no lo veo?".
Suarez es el principal competidor para la gobernación que tendrá la por ahora alianza entre libertarios y radicales y fue clara su decisión de no sumarse al festejo de Petri para no entregarle la victoria.
A partir de ahora, los distintos espacios del oficialismo se empezarán a disputar su lugar en el camino hacia las elecciones del 2027, en una lucha que no parece que vaya a ser sencilla ni sin rispideces.