Italia aprobó la ley que restringe el acceso a la ciudadanía
La implementación de la nueva normativa para la ciudadanía italiana se realizará en dos fases.
La Cámara de Diputados de Italia aprobó este martes la ley que restringe el acceso a la ciudadanía a las personas nacidas en otros países. El decreto-ley 36, se aprobó por 137 votos a favor y 83 en contra. Ahora sólo pueden transmitir la ciudadanía padres o abuelos, es decir, pueden obtenerla hijos o nietos de italianos.
Según informó diario Clarín, solo resta la firma del presidente de Italia, Georgia Meloni, para que el texto se publique en el Boletín Oficial italiano y ya empiece a regir. Un dato a descartar es que solo en 2024 en Argentina se reconocieron 30.000 ciudadanías italianas.
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La principal modificación que introduce esta norma es que el derecho a la ciudadanía por ius sanguinis se limita ahora a hijos y nietos de ciudadanos italianos nacidos en Italia. Esto excluye a los bisnietos, tataranietos y descendientes de generaciones más lejanas que nacieron fuera de Italia.
En marzo de este año, el Ministro de Asuntos Exteriores de Italia, Antonio Tajani, aclaró que “no dejará de existir el principio del ius sanguinis, y muchos descendientes de emigrantes aún podrán obtener la ciudadanía italiana, pero se establecerán límites precisos, sobre todo para evitar abusos o fenómenos de ‘comercialización’ de pasaportes italianos. La ciudadanía debe ser algo serio”.
Cuando el gobierno italiano anunció los cambios para obtener la ciudadanía citó los casos de la Argentina y Brasil. “La nacionalidad no puede ser un instrumento para poder viajar a Miami con un pasaporte europeo”, denunció en ese entonces Tajani.
Hasta la aprobación del decreto la obtención de la ciudadanía italiana para extranjeros estaba regulada por la ley 5 de febrero de 1992 bajo el principio de ius sanguinis, que no establecía límite de generaciones para solicitar la ciudadanía italiana por descendencia.
La implementación de la nueva normativa para la ciudadanía italiana se realizará en dos fases. En la primera fase, la ciudadanía automática por descendencia desde el nacimiento se limitará a solo dos generaciones. Esto significa que únicamente quienes tengan un padre o abuelo nacido en Italia podrán ser considerados ciudadanos italianos desde el momento de su nacimiento.
La segunda fase introducirá una exigencia para los ciudadanos italianos nacidos y residentes en el extranjero: deberán mantener un vínculo real y activo con Italia a lo largo del tiempo. Para ello, se les requerirá ejercer al menos una vez cada 25 años los derechos y deberes inherentes a su ciudadanía italiana.