En diez años, se duplicó el peso del boleto sobre el salario

El porcentaje del sueldo destinado al pago del colectivo pasó del 1,7% al 3,8% en la última década en Mendoza. Aunque está por debajo de otras provincias, el impacto del transporte sobre los ingresos creció con fuerza

Aún con descuentos, el 3,4% del salario de los mendocinos se va en el transporte público
ECONOMIA

Entre 2015 y 2025, el peso del boleto de colectivo sobre los salarios de los mendocinos se duplicó. En detalle, hace diez años los trabajadores asalariados del sector privado ganaban $9.443 netos, mientras que el boleto mínimo se encontraba a $4. Así, por 40 viajes mensuales, se debían pagar $160 en el transcurso de un mes. En otras palabras, el 1,7% del sueldo se iba en transporte público.

Hoy la situación es diferente. Según datos publicados por el Ministerio de Capital Humano (actualizados a marzo de 2025), los asalariados de Mendoza ganan en promedio $1.061.492 netos. En tanto, el precio del boleto de colectivo arranca de los $1.000, lo que significa que se deben gastar unos $40.000 para hacer 40 viajes mensuales. La comparación, da como resultado que se debe destinar el 3,8% del salario para viajar en micro.

Pasando en limpio, el ratio boleto/salario pasó del 1,7% al 3,8% en el período analizado, lo que significa que la incidencia del transporte público sobre los ingresos se duplicó. Si se tienen en cuenta los descuentos que se hacen por viajero frecuente, la relación entre la tarifa y el poder adquisitivo de la provincia baja a 3,42%. Aún así, sigue siendo el doble que en 2015.

Consultado sobre la comparación histórica, el ministro de Gobierno, Infraestructura y Desarrollo Territorial, Natalio Mema, sostuvo que es “imposible” poner en paralelo la relación boleto/salario actual con la de 2015 porque el sistema de transporte “era totalmente distinto”. Recordó que en aquel año “hacía seis meses que no se le pagaba a los empresarios del sector”, la tarifa estaba “congelada artificialmente” y el servicio presentaba “un 35% menos de kilómetros recorridos, unidades con ocho años de antigüedad en promedio y sin beneficios para viajeros frecuentes ni gratuidades para mayores de 70 años”. Según detalló, hoy el promedio de antigüedad de las unidades es de tres años, existen descuentos de entre el 40% y el 50% para quienes realizan más de 20 viajes mensuales, y se corrigieron asimetrías tarifarias entre el área metropolitana y el interior de la provincia.

Mema también subrayó que el cálculo del 3,42% de incidencia del boleto sobre el salario parte de un valor “pleno” de $1.000 por viaje, cuando en la práctica —por descuentos y beneficios vigentes— el gasto real de un usuario frecuente se ubica en torno al 2,5% de sus ingresos. Además, indicó que la tarifa técnica sin subsidios rondaría los $2.900, pero el promedio que ingresa al sistema es de $600 por pasajero, diferencia que se cubre mayoritariamente con aportes de la provincia. “Mendoza tiene el costo por kilómetro más eficiente del país y vamos a seguir subsidiando el transporte mientras mantengamos equilibrio fiscal, porque es una política común en cualquier ciudad grande del mundo”, concluyó.

Qué pasa en otras provincias

Según un relevamiento realizado por la Asociación Argentina de Empresarios del Transporte Automotor (Aaeta), Mendoza no es la única provincia en la que el transporte público representa una carga significativa para los trabajadores. De acuerdo con los datos actualizados a agosto de 2025, la provincia cuyana se ubica en el puesto 11 del ranking nacional, con un 3,42% del salario neto promedio destinado al pago de 40 boletos mensuales.

Las provincias donde el boleto tiene menor incidencia sobre los ingresos son Capital Federal (1,24%), Santa Cruz (1,68%), Tierra del Fuego (1,76%), Chubut (1,81%) y Neuquén (1,95%). En estos distritos, el peso del transporte en el salario es relativamente bajo gracias a los subsidios y, en algunos casos, al mayor nivel de ingresos.

En cambio, las provincias con mayor esfuerzo económico para cubrir los traslados son Corrientes (5,01%), Formosa (4,74%), Misiones (4,35%), Córdoba (4,33%) y Chaco (4,05%). Allí, el costo del transporte público representa más del 4% del sueldo mensual, más del triple que en el AMBA.

El informe también muestra que en la mayoría de las jurisdicciones del país —21 de 24— el peso del boleto sobre el salario supera el 2,5%, lo que confirma una tendencia nacional de pérdida de poder adquisitivo en relación al transporte.

El ranking del boleto mínimo

Aaeta también elaboró un ranking con las tarifas mínimas de colectivo urbano en 58 ciudades argentinas, que deja en evidencia las grandes diferencias entre distritos. De ese listado surge que Mendoza, con un boleto de $1.000, se ubica en el puesto 37, dentro del grupo medio-bajo.

En el extremo superior del ranking aparecen los boletos más caros del país: Pinamar lidera la tabla con $2.105, seguida por Bariloche ($1.895), Pergamino ($1.774), Córdoba Capital ($1.580), Rosario ($1.580) y San Martín de los Andes ($1.561). Estos valores contrastan fuertemente con los del Área Metropolitana de Buenos Aires, donde las tarifas se encuentran entre las más bajas debido al alto nivel de subsidios nacionales.

En efecto, las tres últimas posiciones del ranking están ocupadas por AMBA Nación ($451), AMBA CABA ($505) y AMBA PBA ($509). La diferencia entre Pinamar y el boleto más barato del país supera el 360%.

También se destaca que muchas de las ciudades grandes del interior tienen boletos que superan los $1.300, como Santa Fe ($1.460), Paraná ($1.415), San Nicolás ($1.383) y Mar del Plata ($1.360). En estos casos, el costo del transporte urbano es notoriamente superior al de Buenos Aires, a pesar de que los niveles salariales no necesariamente lo acompañan.

La dispersión tarifaria revela una fuerte desigualdad en el acceso al transporte público urbano entre distintas regiones del país, lo que impacta en la movilidad cotidiana de millones de personas.

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