En casi 10 años se perdieron unas 17 mil hectáreas de vid

Así lo indican los datos relevados por el Instituto Nacional de Vitivinicultura entre 2015 y 2025.

ECONOMIA

Mendoza perdió 16.864 hectáreas de vid entre 2015 y 2024 según indica el informe anual del Instituto Nacional de Vitivinicultura. El departamento que más hectáreas perdió fue San Martín, con 3.899. Le sigue San Rafael con 2.802, Santa Rosa con 2.304 y Maipú con 2.123 hectáreas.

El economista Alfredo Aciar, ex titular del Banco de Vinos de Mendoza y conocedor del sector vitivinícola, entiende que se ha contraído la venta de vino. “Hace 10 años más o menos, toda la Argentina, pero mayoritariamente Mendoza en términos de vino, vendía 1.100.000 hectolitros de vino por mes en promedio. Las ventas llevan dos o tres años a un ritmo de unos 800.000 hectólitros mensuales. Eso representa una caída de un tercio, un 33% de la venta de vino, en el transcurso de 10 años. Si ponemos esos litros de vino, en kilos de uva, arroja unas 25.000 hectáreas más o menos. Y esa es la explicación, caída de demanda”.

Pero Aciar se pregunta por qué cae la demanda. “El vino básico, sobre todo el blanco que se producía en la zona Este y por eso se nota la contracción de hectáreas en esa región. En el caso del Valle de Uco, que es la que crece, es vino tinto generalmente o blanco, pero de altísima calidad y con valor agregado; por eso se ha podido defender más, sobre todo en el mercado externo y en el interno”.

Por su parte, Carlos Fiochetta, gerente general de Coviar, coincide con Aciar. “Hay una primera explicación de la caída de la superficie que está relacionada con la caída de ventas. El 2012, fue el último año en el que la vitivinicultura tuvo un crecimiento fuerte en volúmenes. A partir de ahí, el sector ha ido cayendo en ventas totales. Si tomás los valores de ventas totales de vino y mosto, entre 2015 y 2024 se perdieron 360 millones de litros de vino/mosto; o sea, de productos vínicos. Si tomas en consideración la caída de la superficie, que en Mendoza son 16.000 hectáreas, hay una relación entre caída de ventas y caída de superficie”, indicó.

Fiochetta analizó la causa principal que es la caída de ventas totales en el mercado interno en litros y explicó que “hay cambios en el consumo, básicamente no hay adecuación a las nuevas tendencias de consumo. En Coviar hemos estudiado bastante el tema, se requieren productos en envases distintos, vinos más frutados, con menos gradación alcohólica, más frescos”.

También detalló otros factores que impactan en la producción como la falta de competitividad, alta presión impositiva, dificultades para acceder al financiamiento, atraso tecnológico y dificultad para adaptarse al cambio.

Con relación a lo sucedido en los departamentos de Mendoza indicó que en San Martín están las variedades más tradicionales, mientras que en el Valle de Uco se reconvirtieron a variedades de mayor calidad enológica para elaborar vinos de segmento medio y alto y eso les permitió mantenerse y crecer un poco.

El gerente del Centro de Viñateros y Bodegueros del Este, Mauro Sosa, explicó que se sabe que el consumo de vino baja en el mundo y en nuestro país. Pero señaló que “ya no podemos hablar solamente de la caída del consumo porque se han sumado otros problemas propios de Mendoza como la falta de agua en departamentos como San Martín, Rivadavia, Junín, Santa Rosa y La Paz y eso influye fuerte como factor para abandonar una finca”.

Coincide con otros analistas al indicar que al no haber rentabilidad no hay ventas y viene el achicamiento inexorable y cae la cantidad de hectáreas cultivadas con vid y así es como aparecen los barrios privados instalados en zonas donde antes había viñedos.

"Después impactó también la lobesia y el achicamiento industrial porque hay menos bodegas que muelen. Se suma además el problema de la competitividad, el complicado acceso al crédito, normativas laborales y cargas impositivas de otra época que no han sido modificadas. Hay problemas de precio también y todo esto genera concentración", señaló Sosa y agregó que "la política le soltó la mano a la vitivinicultura y que se están discutiendo los mismos problemas desde hace 25 años".

La actual diputada provincial Gabriela Lizana, de amplia trayectoria en el sector vitivinícola del Este, destacó cinco puntos sobre la pérdida de hectáreas.

  • Indicó que las políticas provinciales desconocen la importancia del arraigo territorial y de lo rural en los nuevos conceptos de desarrollo
  • También señaló que la transferencia de recursos constantes desde sectores productivos y trasladistas vitivinícolas, hacia zonas posicionadas como de mejor “categoría y calidad”. Esto hace que se compre barato y se venda más caro, restringiendo el precio y quitando rentabilidad para el productor.
  • Observó que falta ímpetu y acuerdos entre los Gobiernos locales para representar al sector. “Hay que entender que la desidia de un Gobierno provincial, que desconoce la importancia de una zona, debe contrarrestarse con políticas elaboradas en conjunto”.
  • Destacó que la situación que “arrastra la industria de falta de distribución de la renta hacia el interior de la cadena, permitiendo deslealtad comercial y falta de rentabilidad sostenida en el tiempo, hace cada vez más inviable la producción en escalas menores”.
  • Consideró además que el Valle de Uco, además de inversiones extranjeras o muy grandes, supo y pudo desarrollar un turismo enológico bien posicionado. La zona Este, con recursos extraordinarios recién ahora con el clúster, nuevo comienza a tomar conciencia del valor cultural que tiene y debería ser aprovechado por el turismo. “Pero de nuevo, siempre se direccionan las políticas de apoyo al turismo hacia el Valle de Uco. No hay medidas de fomento al turismo para el Este, yo presenté un proyecto y duerme en comisiones pero para otras zonas siempre hay plata”.

Patricia Olguín es Licenciada en Economía, hizo un Posgrado en Economía Social y Desarrollo Local, es Magister en Gerenciamiento de Negocios Agroindustriales y doctora en Historia. En diálogo con El Medio indicó que entre el 2015 y el 2024 la economía no creció por muchos motivos como la inflación que impidió pensar proyectos de desarrollo económico y eso impacta fuerte en la vitivinicultura porque el 80% es mercado interno.

Es por esto que Olguín señala que los departamentos que pierden hectáreas apuestan al mercado interno, mientras que el Valle de Uco puede aprovechar las ventanas que ofrece la economía argentina y mirar hacia afuera, ya sea en términos de exportaciones o en términos también de incorporar innovación, nuevas tecnologías, nuevas formas de producción, ya sea aplicadas a los cultivos o a las formas de comercialización. En términos generales, la macroeconomía fue un limitante tremendo para el desarrollo del sector.

Olguín fue al fondo y explicó también que desde la revolución industrial, lo que muestran en general los distintos países capitalistas es que la economía crece de la mano de la inversión. Y lo que tuvimos desde el 2015 hasta el 2024, no en todo el periodo, pero en buena parte de ese tiempo, son intentos de generar un crecimiento económico a partir del consumo privado y de la demanda. "Eso puede tener algunos efectos transitorios, pero no así no se crece a largo plazo. En Argentina había un problema en general macroeconómico que tiene que ver con un problema más profundo, y se relaciona con cómo se piensa la política económica y cuáles son las ideas básicas que ya han resuelto otros países sobre cómo y por qué crecen las economías".

El ministro de Producción, Rodolfo Vargas Arizu, fue consultado pero no respondió, al igual que Sergio Moralejo, subsecretario de Ganadería y Agricultura.

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