Dolor y reclamo: velan a dos de las víctimas del triple femicidio

En una jornada de profundo dolor y reclamo, familiares y amigos velan a dos de las jóvenes víctimas del triple crimen de Florencio Varela. El hecho ha desatado la indignación de la comunidad y del Obispado de San Justo, que denuncia la "ausencia del Estado" y el avance del narcotráfico.

SOCIEDAD

En medio de una profunda consternación, se realiza hoy el velatorio de Brenda Del Castillo y Morena Verdi, dos de las jóvenes asesinadas en el triple femicidio de Florencio Varela. La ceremonia, que se extenderá de 14:00 a 18:00, tiene lugar en San Justo, donde familiares y amigos han convocado a la comunidad para "acompañar en este doloroso momento".

Los cuerpos de las víctimas fueron entregados a sus familias luego de que las autopsias confirmaran las brutales torturas que sufrieron junto a la tercera joven, Lara Morena Gutiérrez. El hecho ha generado una fuerte reacción en la comunidad, incluyendo un contundente comunicado del Obispado de San Justo.

La Iglesia de San Justo denuncia la "ausencia del Estado" 

Tras el brutal asesinato, el Obispado de San Justo ha emitido un comunicado denunciando la creciente violencia y la impunidad de las "mafias narco". El escrito, firmado por el Monseñor Eduardo Horacio García, lamenta los crímenes y señala que este episodio se suma a una "larga lista de hechos de violencia y muerte que golpean a nuestros barrios".

El comunicado apunta directamente a la "constante ausencia del Estado en sus distintos niveles", lo que, según el Obispado, ha dejado grandes zonas "liberadas a merced de mafias narcos a pequeña y gran escala". La Iglesia sostiene que estas organizaciones se han infiltrado y han "dominado la vida y la conciencia de nuestra gente, especialmente de los chicos y jóvenes", instalando una verdadera "cultura de delincuencia y criminalidad".

En respuesta a este desamparo, el Obispado reafirmó su compromiso de seguir trabajando con la comunidad a través de las tres "C" de la vida: colegio, club y capilla, en oposición a las "tres C" de la muerte: calle, cárcel y cementerio. El texto finaliza con un llamado a garantizar seguridad y un "verdadero proyecto de vida" para los jóvenes, en una patria donde "no sea la barbarie la que eduque".

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